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Fundación Ideal de Cali, medio siglo de lucha contra la discapacidad

La Fundación Ideal de Cali cumple 50 años de trabajo. Este jueves a las 7:30 p.m. se servirá en el Hotel Marriot una cena de gala, organizada con la intención de recaudar fondos para su funcionamiento.

15 de abril de 2015 Por: Aura Lucía Mera y Beatriz López | Especial para El País

La Fundación Ideal de Cali cumple 50 años de trabajo. Este jueves a las 7:30 p.m. se servirá en el Hotel Marriot una cena de gala, organizada con la intención de recaudar fondos para su funcionamiento.

Bernardo Jiménez, presidente de la junta directiva de la Fundación Ideal, que cumple este mes 50 años de fundada por los médicos caleños Julio H. Calonje y Marino Quintero, nos lleva prácticamente de la mano a la sede principal de la institución, en el Barrio Villacolombia, donde se atienden más o menos 4.500 procedimientos mensuales.

Allí se adelanta el programa especializado de Neuro-Desarrollo pediátrico y funciona la Unidad Especializada en Habilitación-Rehabilitación Integral. Existen además dos sedes en Tequendama y próximamente abrirán una tercera en ese mismo barrio. 

“En Cali existen tres entidades que trabajan por la discapacidad: Instituto de Ciegos y Sordos, el Tobías Emanuel y la Fundación Ideal para la Rehabilitación Julio J. Calonje”, dice Bernardo.

Hace 50 años la polio (parálisis Infantil) estaba apoderada del mundo. Entonces, Julio H. Calonje, médico ortopedista y traumatólogo, y Marino Quintero, médico fisiatra, y el Club Rotario, crean la Fundación Protección Social Rotaria. En abril de 1985 nace la Fundación de Ayuda al Lisiado donde los dos médicos empiezan a tratar niños y jóvenes discapacitados, a los cuales les donan prótesis. En 1988 se convirtió en la Fundación Ideal Julio H. Calonje. 

“A través de los años, con las necesidades que había en Cali y con la llegada de otro tipo de enfermedades, se inició la parte del Neuro-Desarrollo que es el énfasis que se da ahora en la Fundación Ideal”, comenta Bernardo.

Calonje, el pionero

Imposible no referirnos al médico que hizo posible el nacimiento de la Fundación Ideal, Julio H. Calonje, cuya existencia fue y ha sido un referente para el cuerpo médico de Cali; no solo por la formación  académica que tuvo en  Inglaterra, sino por haber desarrollado la especialidad de la ortopedia en esta ciudad hasta convertirse en pionero en ese campo. Pero también por su apostolado en pos de los más desvalidos. Cumplió a cabalidad, hasta morir de 92 años el 7 de febrero del 2006, el juramento de Hipócrates.

El doctor Calonje nació en Puerto Sergio, Cauca, en las riberas del Rio Micay, el 21 de noviembre de 1913. Hizo el bachillerato en el Liceo de la Universidad del Cauca donde se graduó en 1933. Estudio Medicina en Chile, donde estuvo por espacio de 10 años terminando su especialización en Ttraumatología. Se casó en 1943, en ese país, con Alicia Daly. 

Regresa a Cali en 1945 donde desarrolla la especialidad en Ortopedia en compañía del doctor Benjamín Martínez. Posteriormente es becado en la Universidad de Stanford, donde fue alumno por 6 meses del pionero de la cirugía de mano, Sterling Bunnell, para pasar luego a Manchester y recibir durante 6 meses las enseñanzas de Sir Harry Platt, Lloyd Griffiths y John Chanley (el padre de los reemplazos de cadera), quien lo introdujo en la Asociación Británica de Ortopedia.

Antes de llegar a Cali a revolucionar la Facultad de Medicina de la Universidad del Valle con el bagaje de conocimientos adquiridos en Europa, y a ser “escoltado” por estudiantes ávidos de aprender a su lado en las salas de cirugía del Hospital Universitario, Calonje fue asignado en Londres al Royal Orthopaedic Hospital (con Sir Herbert Seddon) y al London Hospital, en la cátedra regentada por Sir Reginald Watson-Jones y sir Henry Osmond Clark, gigantes de la ortopedia mundial.

El proyecto Amazonas

La Fundación lleva 26 años prestándole apoyo al Amazonas, capacitando personas para atender a población discapacitada de ese departamento.  Y ahora concentran esfuerzos en un proyecto más que permita ofrecer esa ayuda en tiempo real mediante la ‘tele-rehabilitación’.

“Aquí tendríamos diferentes sitios con cámaras y equipos digitales para que quienes atienden a los pacientes allá (el Amazonas), reciban de los profesionales de Cali el diagnóstico y el tratamiento respectivo”, explica Bernardo Jiménez. “Si fuera necesario enviar un equipo interdisciplinario desde Cali, cuando el solo desplazamiento al Amazonas demora 9 horas, sería muy costoso, pues allá tendrían que navegar para acceder a lugares en medio de la selva”.

El sueño

Bernardo tiene un sueño: “Nosotros trabajamos también en la parte de hidroterapia y equino-terapia. Por eso me reuní con Leonor Salazar y Doris de Botero, las directoras del Instituto Tobías Emanuel y del Instituto para Niños  Ciegos y Sordos, y las hice participes del sueño que tengo:  que las tres entidades se unan en una cuarta, donde funcionaría una sede campestre con caballos, perros, piscina,  para que  niños y jóvenes discapacitados mejoren y puedan socializar a través de ejercicios lúdicos. Les dije a ellas que si lo hacemos juntos, podemos lograrlo. Inpidualmente he tratado  pero no tenemos la capacidad económica.

“Tal vez el que tiene más espacio es el Tobías Emanuel, porque Ideal y Ciegos y Sordos estamos muy encajonados. La Fundación ha pasado por etapas muy duras, ahora es auto-sostenible y genera unos excedentes, los cuales se han venido reinvirtiendo en mejorar la parte de la infraestructura.

Acabamos de comprar una tercera sede para dotarla de una piscina propia. Todavía no la hemos recibido, hay que dotarla primero: climatizar la piscina y ponerle techo. Actualmente estamos trabajando en 4 piscinas alquiladas”.

 Los ángeles

Bernardo Jiménez, presidente de la junta directiva de la Fundación Ideal desde hace 13 años, cuenta con la ayuda de varios ‘ángeles’ cercanos. Uno de ellos, el director ejecutivo,  Ramiro Millán, que lleva 16 años en la entidad.

Ahora se vinculará la doctora Belkis Angulo para dirigir el Departamento de Discapacitados del Hospital Universitario. Se acaba de jubilar y va como asesora con toda su experiencia de médica y docente. “Cuando los veo trabajar con esa entrega, les veo alas, para mí son ángeles”, dice Bernardo.

Uliana Castaño es el alma de la sede de Villacolombia. Fisioterapista de la Universidad de Manizales que se sintió atraída por el  Neuro-Desarrollo; actualmente  directora de Mercadeo, esta muchacha rubia, joven, muy linda, que habla a mil por minuto, nos dice que su padre, que era abogado, siempre trabajó por los demás. Conoce al dedillo toda la infraestructura de la Fundación y lo demuestra mientras recorremos la sede de Villacolombia, que es un ejemplo de limpieza.   

“Somos una IPS que pertenece al Sistema Nacional de Seguridad Social en Salud.  Brinda servicios de rehabilitación funcional a personas con discapacidad temporal. La Fundación se sostiene a través de la venta de servicios de salud. Lo que hacemos son convenios con las diferentes EPS de la ciudad”, explica Uliana.

Hay también un convenio con el Icbf. Un porcentaje de todos los servicios que prestan a las diferentes entidades de salud, lo utilizan para  inclusión  de los grupos de pacientes que no tienen forma de pagar sus servicios.

A pesar de no recibir aportes de ninguna empresa pública ni privada, la Fundación brinda servicios y apoyos terapéuticos tales como medicina física y rehabilitación, ortopedia y traumatología, neurología clínica, neurología pediátrica, fisioterapia y varias clases de  terapias: ocupacional, lenguaje y respiratoria. También trabajo social, sicología, electrodiagnóstico, clínica de espasticidad, inyección material miorelajante toxina botulínica, infiltración de esteroides, nutrición y dietética.

La especialidad de la sede de Villacolombia es la neuro rehabilitacion, brindando atención a usuarios con alteraciones, disfunciones o secuelas de lesiones del sistema nervioso central, a través de un  tratamiento intensivo y personalizado. Pero allí, y en las otras sedes, la especialidad es común es la construcción de sueños.

Bernardo, el soñador

Desde los 4 años se la pasaba en la clínica de Tuluá, donde su abuelo era el director médico. Soñaba con crecer rápido y ayudar a sanar a los enfermos. Por otro lado, también vivía intrigado con el hotel de su abuela, situado en plena plaza de su pueblo natal: viendo llegar y salir pasajeros; El misterio de las maletas, el comedor grande.

Su padre, odontólogo. Le producía fascinación cuando iba al consultorio y miraba la fresa, la silla, la escupidera, en fin, esas actividades eran más apasionantes que jugar a Tarzán o a las canicas. Así pasó la infancia y la primaria. La familia se radicó en Cali. Ser liberal en esa época en Tuluá no era recomendable… Terminó su bachillerato en el San Luis Gonzaga y de pronto  escuchó hablar de la Eafit de Medellín;  intuyó que lo suyo no era la Medicina y se matriculó en Administración y Economía. Pidió hacer su pasantía en Carvajal. En el Teatro Aristi, una tarde de cine, por casualidad, conoció a la mujer de su vida: Mariela Cobo. “Llevamos más de cuarenta años de casados y seguimos tan enamorados como el primer día”. Así es Bernardo Jiménez, el tulueño que tomó las riendas de la junta directiva; empresario exitoso del Valle que ha dedicado su vida al servicio y que este jueves estará en el Hotel Marriot celebrando las bodas de oro de la Fundación Ideal, en la cena de gala.

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