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Estos son los males que aquejan al oeste de Cali

Vías destruidas, falta de andenes, malos servicios públicos y embotellamiento de tráfico son algunos líos.

1 de abril de 2012 Por: Redacción de El País

Vías destruidas, falta de andenes, malos servicios públicos y embotellamiento de tráfico son algunos líos.

“La gente cree que en el Oeste vivimos como ricos, pero la verdad es que somos ricos, pero en problemas, vivimos peor que muchos sectores pobres porque el Estado no hace nada aquí, pensando seguramente que no tenemos necesidades y no es así...“Aquí se nos va la energía cada rato, se rompen los tubos de acueducto porque están muy viejos y nos inundamos, las vías están acabadas, no tenemos andenes para caminar, hay mucho ruido y contaminación por vehículos y cada vez hay más edificios, más negocios y más carros para la misma infraestructura de vías y servicios”...Así resume Luz Betty Jiménez de Borrero las angustias que viven barrios del oeste de Cali como Santa Rita, Santa Teresita y Arboledas, tres de los sectores más exclusivos de Cali.“Yo llevo casi 40 años viviendo en esta zona y nunca se ha visto que se recupere una vía o se haga una nueva”, dice la líder social. En contraste, la densificación sí ha aumentado, porque donde había una casa hoy se levanta un edificio de diez o más pisos y eso significa un tráfico de 20 carros más “en las mismas callecitas angostas de siempre y sin andenes”, agrega.Enrique Valle, impulsor del movimiento cívico del oeste, advierte que ese urbanismo desmedido es un gran problema de estos barrios.“Proliferan negocios de comercio, financieros y de servicios y el gobierno está dando usos del suelo que es el primer requisito que un local necesita para abrir, pero no se toman en cuenta exigencias como los sitios de parqueo para cada negocio”, dice Valle.Por eso, sectores como la Carrera 2 Oe. con 7 Oe. que se convirtió en zona bancaria y de comercio, se ve llena de vehículos estacionados en calles y andenes. “Hay un parqueadero para visitantes, pero allí no dejan entrar a nadie”, sostiene.El mal estado general de las vías es otro problema. Todas las calles internas de Santa Teresita detrás de Comcel, la Panadería El Molino y la Librería Nacional se encuentran destrozadas.Aparte de la ausencia de mantenimiento preventivo, una de las razones para ese deterioro, según explica Valle, es que muchos de los conductores que van de norte a sur cruzan por el puente de Comcel y se bajan por esas vías para no dar la vuelta por la Portada al Mar.El ingeniero Alberto Cubillos señala que buena parte de la Calle 7 Oeste del barrio Arboledas hasta el antiguo museo de Historia Natural y la Carrera 2 están destrozadas y “son verdaderas trochas”.Recuerda que hace poco hicieron mantenimiento vial en la glorieta que está antes de subir a la estatua de Sebastián de Belalcázar, pero no tocaron el tramo que va hacia Santa Teresita. El empresario Farouk Kattan, habitante del oeste, sostiene que en ese sector de Cali “prácticamente la única vía que está en buenas condiciones es la Avenida Colombia, de resto todas están deterioradas y llenas de huecos”.“Nos mata que el desarrollo se ha hecho sin planificación vial y actualmente con un errático sistema de otorgamiento de licencias para la construcción que hace que cada nueva edificación se estorbe con la de al lado y aporte una cantidad de vehículos que llegan a las mismas calles de hace 50 años; somos un sitio atrancado y ruidoso”, afirma Kattan.En efecto, el embotellamiento del oeste es uno de sus mayores líos urbanísticos. Por el único puente que hay en la zona sobre el río Cali en la Portada al Mar pasa todo el tráfico que viene de Buenaventura hacia Cali y viceversa. A ese puente confluyen seis corredores viales en todos los sentidos y en horas pico la movilidad se vuelve un caos en ese sitio.Por eso Kattan sostiene que al río le hacen falta otros puentes vehiculares para desembotellar el tráfico interno entre Santa Rita, Santa Teresita y Arboledas.Otros vecinos denunciaron que algunos conjuntos residenciales han cerrado y privatizado vías para su uso exclusivo, como en una calle aledaña al Seguro Social de Bellavista (Cra. 3A con Calle 7 Oe.) y que cae a la Circunvalar. La vía está cerrada con un gran portón que sólo se abre para los habitantes de los conjuntos residenciales que están en su interior.Algo similar ocurre con corredores viales en la Calle 8 con Cras. 3 y 3A que están interrumpidas por tapias y muros, según afirman. La inseguridad se está convirtiendo en otro dolor de cabeza. Enrique Valle señaló que en los últimos meses se han producido cuatro atracos, algunos a personas en sus vehículos, otros en viviendas.Luz Betty Jiménez señala que falta más solidaridad y acción de los agentes del CAI de la Policía de Bellavista, porque son insuficientes, no hacen rondas y no atienden debidamente los llamados de la comunidad cuando se les requiere.Además, muchas señoras y personas solas que caminan por las riberas del río Cali son atracadas por muchachos que andan en bicicleta y que, al parecer, provienen de invasiones de ladera.El mirador donde está la estatua de Sebastián de Belalcázar es otro foco de inseguridad y hasta consumo de alucinógenos por jóvenes que llegan ahí. Las bancas aledañas están destruidas.En Santa Teresita, vecinos del Liceo Benalcázar denunciaron que arriba del colegio, en el bosque se está levantando una invasión ilegal que ya lleva como nueve viviendas, algunas incluso en concreto. El Gobierno aún no interviene.Al ruido de los negocios y la contaminación que generan los carros, sobre todo los de carga que atraviesan por la zona, se sumaría el impacto ambiental que generaría la escombrera del Mameyal autorizada en la parte alta de Bellavista.Los habitantes del oeste temen que el alto tráfico diario de volquetas llevando escombros cruce por sus calles y termine de impactar negativamente la zona por ruido, polución y daño de las vías.“Aquí pagamos los impuestos y servicios más caros, pero tenemos la peor atención del Estado. Por eso somos ricos pero en necesidades”, dicen en el Oeste.

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