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Aunque desde este año se gestionará ante el Concejo la aprobación de la tasa a los parqueaderos y a las antenas, de ser aprobados, ambos tributos empezarían a cancelarse a partir del 2018. Durante este año se haría la transferencia de recursos por fotomultas. | Foto: Archivo de El País

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Estos son los lunares que todavía frenan al MÍO

Expertos en movilidad y usuarios creen que aunque el sistema ha mejorado, las pretroncales son su 'talón de Aquiles'.

14 de mayo de 2017 Por: Redacción de El País 

El año pasado, en medio de una de sus crisis más difíciles, el Masivo Integrado de Occidente, MÍO, llegó a recorrer 130 mil kilómetros al día y su flota operativa bajó a 621 buses, pero en ocasiones solo quedaban circulando un poco más de 500, debido a que muchos se varaban a mitad de camino.

Hoy, el MÍO alcanza los 160 mil kilómetros recorridos– que significan más servicio–, está operando con 750 vehículos y pasó de mover 445 mil viajes diarios a 485 mil.

El ‘oxígeno’ que recibió el MÍO a través del Fondo de Estabilización y Subsidio a la Demanda (Fesde), que empezó a inyectar recursos (van $19.963 millones), desde noviembre del 2016, para fortalecer el sistema, le dio un impulso al masivo, que ha generado nuevas percepciones sobre el comportamiento actual de la operación.

Pese a que las opiniones están divididas sobre el servicio que presta en sus corredores troncales (circulan buses articulados solo en estaciones), pretroncales (circulan buses padrones en estaciones y calles principales) y alimentadores (circulan buses complementarios por calles de barrios), hay quienes destacan una mejora en las rutas que se mueven por los primeros.

Jhony Molano, presidente de la Liga de Usuarios del MÍO, manifiesta que ha subido la aceptación de rutas que transitan por ejes como el de la Calle 5.

“Aún no nos ofrecen un estándar de servicio excelente. Creemos que la mejoría que se ha presentado es debido a que hay un poco más de presión a los operadores para el cumplimiento de las frecuencias, sin embargo, el tema que tiene que ver con las pretroncales todavía tiene muchas falencias, pareciera que ahí no hay control”, dice Molano.

En efecto, según un foro realizado en la Fan Page de Facebook de El País, sobre las rutas con mayores dificultades, abundaron las quejas de pretroncales y alimentadoras; la demora en el paso de los buses y el tumulto dentro de estos predominaron entre los reclamos. Se quejaron de rutas que cubren la zona centro como la A06 y la A02; la P30A, que conecta el nororiente con el centro; y también de rutas que sirven al oriente como la P51, P24C, P52A, P40A y P40B. En la lista también hubo reclamos por troncales y expresas (usan corredores troncales) como la T31, E21, E31, E37, T42 y E27.

“Estamos lejos del sistema ideal”

El País realizó un recorrido donde pudo acercarse a la realidad que viven los usuarios del MÍO. En hora pico de la tarde del miércoles, exactamente a las 6 p.m., fue necesario esperar 15 minutos para abordar la ruta T31, que va desde la estación Paso del Comercio hasta la Universidades. En las troncales, según Metrocali, los intervalos de paso de un bus han presentado una mejora y están en 4,8 minutos. El mismo ejercicio se realizó en hora valle (10 a.m.), recorriendo la misma ruta. En esta ocasión el tiempo de espera aumentó sólo tres minutos.
Otro panorama se vivió en el recorrido realizado por la ruta alimentadora A19B, que sirve a La Buitrera, y de acuerdo con mediciones de Metrocali fue una de las rutas con peor regularidad en la segunda quincena de abril.

A diferencia de la hora pico, donde comprobamos mejores frecuencias -promedio de espera de 7 minutos-, en la hora valle de la tarde (3 p.m.) la ruta A19B tardó unos 35 minutos en pasar. Muchos usuarios optan por salirse de la fila y abordar un ‘pirata’. Usuarios del sector como Carolina Mesa creen que en hora pico el servicio es más deficiente: “Entre 5:00 y 6:00 de la tarde me he demorado más de 30 minutos esperando la ruta”.

Jorge Vélez, presidente de la Liga de Usuarios Estudiantes del MÍO, cuenta que entre enero y abril del 2016 recibieron 1350 quejas relacionadas con frecuencias y rutas del sistema, y este año, en el mismo periodo la cifra bajó a 612. “Aunque se ha notado cierta mejoría, estamos lejos de encontrar el sistema ideal”, precisa Vélez.

A su vez, Mauricio Venté, vocero del Comité MÍO Usuarios, añade que la zona del oriente es una de las de mayor dificultad para el transporte masivo y cuestiona que en horas valle el masivo disminuya su flota. A esto, Liliana Sáenz, miembro del Comité de Movilidad de la Comuna 21, añade que en el oriente hay sectores desprotegidos por el MÍO como: Lideres III, Suerte 90, Villamercedes y Samanes del Cauca, entre otros.

Este año, la Personería Municipal ha recibido cinco quejas de usuarios inconformes con el MÍO. En 2016 fueron 13 las quejas. “Podemos observar que ya están atendiendo a los usuarios en el territorio y se está concertando con la comunidad las rutas”, dice el personero Héctor Hugo Montoya.

Para el ingeniero Ciro Jaramillo, director del grupo de investigación de transportes de la facultad de ingeniería de la Universidad del Valle, es necesario que la administración cuente con herramientas como un observatorio de movilidad, para monitorear con frecuencia la operación del MÍO y así validar las percepciones. Jaramillo añade que también se requiere implementar carriles preferenciales para corredores pretroncales, “lo cual ayudaría mucho en el tiempo de circulación”.

La realidad

Adicional al aumento de kilómetros recorridos, de buses y de pasajeros, Nicolás Orejuela, presidente de Metrocali, destaca que también se han incrementado los puntos externos de recarga de tarjetas (hay 380) para mejorar la accesibilidad.

El funcionario añade que los recorridos en terreno para conocer la realidad de las rutas hacen parte de la estrategia para mejorar.

Asimimo, señala que en agosto se abrirá la licitación para implementar el primer piloto de carriles preferenciales pretroncales en las carreras 39 y 44; también señala que con los 400 buses que busca vincular el sistema se hará un rediseño operacional, que contempla pasar de 94 a 128 rutas. “El servicio sí ha tenido una mejoría, no es todavía de la magnitud que los usuarios nos están pidiendo y que nosotros buscamos, pero es el primer paso de una estrategia que hemos bautizado: Plan de Sostenibilidad para el MÍO y que comenzó cuando se le dio vida al Fesde”, concluye Orejuela.

Para el concejal Carlos Andrés Arias, ponente del proyecto de acuerdo por medio del cual se aprobó el Fesde, los resultados de la implementación del fondo no son satisfactorios y según él, esto se evidencia en las quejas que siguen presentando los usuarios por el mal servicio del transporte.

Por el contrario, operadores del MÍO como Blanco y Negro Masivo, ven con optimismo el impulso que el Fesde dio al sistema. “El fondo ha permitido que los operadores se oxigenen y puedan sacar más buses y hacer mejor cumplimiento del mantenimiento de la flota”, precisa Eduardo Bellini, representante del concesionario.

Insatisfacción

En el 2016, según la encuesta de Cali Cómo Vamos, aumentó la insatisfacción de los usuarios del MÍO con varios aspectos del sistema, entre estos la frecuencia de buses. Sin embargo, la información para este sondeo se recolectó antes de crear el Fesde.

La percepción de usuarios insatisfechos con la frecuencia de los buses articulados aumentó del 52% al 56% entre 2015 y 2016; los insatisfechos con la frecuencia de buses padrones aumentaron del 51 al 55%; y los insatisfechos con la frecuencia de los alimentadores subieron de 54 a 56%.

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