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Este es el drama que viven los 129 pacientes de la Clínica Rafael Uribe Uribe

El desasosiego invade a los familiares y a los 129 pacientes internados en este centro asistencial, quienes ignoran qué les espera.

16 de septiembre de 2015 Por: Felipe Salazar Gil, reportero de El País

El desasosiego invade a los familiares y a los 129 pacientes internados en este centro asistencial, quienes ignoran qué les espera.

El desasosiego invade a los familiares y pacientes internados en la Clínica Rafael Uribe Uribe. En esa casa de salud, que actualmente está en liquidación, hoy están recluidos 129 enfermos que no saben qué pasará con sus tratamientos, cirugías o traslados a otras clínicas, dada la baja oferta de camas en la red hospitalaria de Cali.

Ese es el caso de Juan Pablo, un joven que la próxima semana cumplirá un mes de estar internado en la antigua clínica del Seguro Social, tras recibir un impacto de bala en el pómulo.

Su padre, Pedro Caicedo, dice que hace cinco días no le dan alimentación por sonda y que, lejos de los diagnósticos médicos, cree que la salud de su hijo se complica cada día más.

“Esta es la hora en que no le han extraído la ojiva. Aquí cogió una infección en el pulmón y dicen que le están poniendo medicamentos y antibióticos, pero no le veo mejoría. Lo grave es que tampoco me dicen si lo van a remitir a otra parte o si lo van a seguir atendiendo, porque aquí ya no tienen ni comida para darle”. 

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En la misma situación está Julia, quien tiene a su cuñado hospitalizado hace un mes, después de  sufrir un accidente que le dejó una hemorragia interna en la cabeza. 

“No hay desayunos ni medicamentos, que es lo mínimo que le deberían suministrar. Me toca comprar una compota de manzana y pasarla escondida, porque a él le da hambre y lo que le suministran por la sonda no es suficiente. Las sábanas están sucias y no hay quién las cambie”.

Claudia Medina, la tía de un hombre que llegó a la clínica tras caer del techo de una casa y fracturarse el cuello, dice que “a John, como a muchas otras personas que están delicadas, lo sacaron de la UCI y lo pasaron a una habitación, porque lo quieren dar de alta para seguir evacuando el hospital. Tiene el cerebro inflamado, en las noches le duele mucho la cabeza y esto parece un pueblo fantasma, porque no se ve un médico ni una enfermera que lo atienda. Él no está en condiciones de irse y tampoco hay para dónde llevarlo, porque en otras clínicas nos han dicho que no tienen capacidad para recibirlo”.

Mary, quien tiene a su padre desde hace 34 días en la Unidad de Cuidados Intensivos por una peritonitis y una infección en los pulmones, asegura que le advirtieron que si no se consiguen camas en ningún centro de salud de la ciudad, lo podrían trasladar a Palmira, Popayán, Medellín o Neiva.

Desde el 10 de septiembre a la fecha, 211 pacientes han salido de la clínica. En ese lapso de tiempo, 17 pacientes ingresaron al centro médico.

No obstante, el drama no solo lo viven los internos de la clínica. Allí también se concentran personas que tenían cirugías y valoraciones médicas, las cuales no han podido concretar por la liquidación de la casa de salud.

“Yo tenía una cita para programar la cirugía de extracción de una masa que tengo en el cuello y lo único que me dijeron fue que no había atención, que están cerrados, que me toca esperar. Como yo había más de diez personas esperando lo mismo. Ahora no sé dónde me van a operar ni quién me responde”, dijo Aldalgiza Quintana, quien hace tres meses tenía agendada la cita.

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El cierre de Urgencias hizo que los usuarios se trasladaran a las clínicas Desa, San Fernando, Versalles, Colombia, Amiga, Nuestra, de los Remedios y Comfenalco.

Esa incertidumbre la comparte Lina Lenis, quien viajó desde El Cabuyal para reprogramar una cirugía de vesícula y se encontró con las falta de atención a su requerimiento. “Me dijeron que no  pueden operar ni recibir gente, que por estar en liquidación no tienen cómo responder si pasa algo durante el procedimiento”.

Para la veedora ciudadana Luz Betty Borrero, el cierre del servicio de urgencias y la liquidación de esta clínica es “una clara y ostensible violación de los derechos humanos de los pacientes que se encuentran recluidos en dichas instituciones y de todas aquellas personas que no están recibiendo la atención adecuada. Se debe garantizar en todo momento la atención a las personas que demanden del servicio oportunamente y no es posible privarlos de la hospitalización”.

Aunque en la Clínica Rafael Uribe Uribe hay 160 especialistas, a partir de hoy el número de se reduce a 43, dado el bajo número de hospitalizados.

 

Cambios clínicos

El liquidador del centro hospitalario, Fernando Hernández, manifestó que no puede garantizar la operación de la clínica más allá del 25 de septiembre. 

“Podemos garantizarles a nuestros 129 pacientes los medicamentos, si no se afectan. Si recurriéramos una cirugía de alto nivel, con tecnología, no estamos en capacidad de hacerlo. Por eso necesitamos que el nuevo operador de la clínica empiece su labor, para brindar atención de calidad”, afirmó Hernández, quien agregó que las deudas de la clínica ascienden a $90.000 millones y su cartera es de $50.000 millones.

Ante esto, Víctor Alvarado, presidente nacional de la Universidad Libre (propietaria del 100 % de la clínica), anunció que actualmente se formaliza la documentación para que el Instituto de Diagnóstico Médico, Idime, a la cabeza del médico Darío Bernal, sea el nuevo operador de la ‘Nueva IPS Rafael Uribe Uribe’.

“Esperamos que la transición se dé en un tiempo muy corto y podamos estar operando con la nueva capacidad financiera”, anotó.

Alvarado agregó que con la llegada del nuevo operador se evaluarán los contratos de los 812 trabajadores de la clínica, para definir su futuro laboral. “Se va a requerir por parte del operador más del 60 % de esos trabajadores y otro número de empleados sería ubicado por la firma en la clínica Desa”, anunció. De concretarse el convenio, la clínica empezaría a reabrir servicios como el de Urgencias, en unos diez días.

Reunión por el futuro del HUV

Hoy, en una reunión en el Ministerio de Salud, en Bogotá, se definirá si el Hospital Universitario del Valle se declara en Ley de Insolvencia Económica o si es intervenido por la Superintendencia de Salud.

Ambas opciones se pusieron sobre la mesa la semana pasada, como solución para evitar el embargo de fondos de la casa de salud por parte de sus acreedores. Dichos embargos ascienden a los $25.000 millones.

El Ministerio de Salud informó que el HUV ha recibido desde el año 2013 hasta la fecha recursos por $24.753 millones de compra de cartera por servicios prestados a los afiliados al Régimen Subsidiado de salud. “En este mismo periodo se han efectuado giros directos de la UPC por $96.301 millones ($26.325 millones en el año 2015)”. 

No obstante, el Ministerio aseguró que “se evidencian falencias en la calidad y oportunidad en la presentación de las facturas para el cobro de los servicios por atención en salud, lo cual requiere un ajuste estructural que garantice el cobro efectivo”.

La asamblea congregará al ministro de Salud, Alejandro Gaviria; al secretario de Salud Departamental, Fernando Gutiérrez; al director (e) del HUV, Jairo Corchuelo y a miembros de la bancada parlamentaria del Valle, Supersalud  y sindicatos del centro hospitalario.

 

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