¿Está Cali preparada para afrontar un gran terremoto como el que golpeó a México?

¿Qué tan preparada está Cali para un sismo de gran magnitud? Esa es la pregunta que ronda a buena parte de los habitantes de la ciudad, luego de ver a través de sus televisores y dispositivos electrónicos cómo un terremoto de 7,1 grados en la escala de Richter que sacudió a México dejó más de 230 muertos, más de 40 edificios colapsados y otros 600 que deberán ser revisados para determinar si sufrieron daños estructurales.

Cali está ubicada en suelos vulnerables, arcillosos. A esto se suma que la ciudad se posa sobre fallas geológicas, como la Cali - Patía, y que tiene cercanía geográfica con las placas de Nazca y Suramericana, que son muy activas.

“Cali ha ido creciendo sobre rellenos sedimentarios que han dejado sus siete ríos. Al construirse sobre estos terrenos, las edificaciones siempre van a tener cierto nivel de fragilidad, por eso es indispensable que las autoridades velen porque las constructoras tengan en cuenta esto y edifiquen con parámetros adecuados para resistir un sismo de cualquier naturaleza”, señala Elkin Salcedo, director del Observatorio Sismológico y Geofísico del Suroccidente, Osso.

Salcedo explica que el estudio de microzonificación de la ciudad (que muestra los tipos de suelos, sus características físicas y mecánicas y el comportamiento de ellos ante el paso de las ondas sísmicas) da cuenta de que en la zona conocida como el abanico de Cañaveralejo (Comuna 19) hay una aceleración de onda por su suelo arcilloso y la vibración durante un temblor es mayor (ver gráfico). Precisamente en esa zona de Cali muchas de las edificaciones se agrietan cada vez que la tierra se estremece.

Al respecto, el presidente de la Sociedad de Ingenieros del Valle del Cauca, Miguel Charry, asegura que más del 70 % de las edificaciones de Cali están en alto riesgo sísmico, porque se construyeron antes que se expidieran las normas de sismo resistencia.

“Esto se está cumpliendo en las nuevas construcciones y no quiere decir que las edificaciones antiguas estén mal, sino que se debe estudiar bien su vulnerabilidad para establecer cuáles requieren una intervención y cuáles no y cuáles todavía son seguras. Esto debería aplicarse en aras de la prevención del riesgo ante una catástrofe”, afirma Charry.

En esto coincide Francisco Ramírez, miembro de la Sociedad Colombiana de Arquitectos, quien remarca que en la ciudad urgen reforzamientos en las edificaciones llamadas a servir como albergues en caso de registrarse un terremoto, como los centros hospitalarios y sedes de instituciones educativas.

“Estamos en mora de hacer los refuerzos, pero esto no figura como una prioridad en la ciudad. Aquí se está relativizando el riesgo y se cree que algo como lo ocurrido en México no nos va a pasar y que, si ocurre, es algo inevitable y no se puede hacer nada. Hay que entender que prevenir es curar”, asegura Ramírez.

Entre tanto, el secretario (e) de Gestión del Riesgo de Desastres, Óscar Orejuela, afirma que “en un acto catastrófico, cualquier ciudad en el mundo solo podrá cubrir el 30 % del impacto. Nuestra capacidad es limitada, por eso estamos trabajando con la comunidad para que sepa cómo actuar ante una emergencia en sus barrios y conjuntos residenciales. También estamos trabajando los planes de emergencia en 60 colegios para que tengan capacidad de respuesta”, explica Orejuela.

El funcionario añade que la ciudad también se está preparando con infraestructura, pues se aspira a que este mes empiece a operar un bus que será adecuado como Puesto de Mando Unificado Móvil ante una emergencia y al 2019 se espera tener una sala de crisis, que serviría como centro de operaciones para garantizar la gobernabilidad de la ciudad ante un desastre natural.

Ante los mensajes que han circulado en redes sociales y aplicaciones de mensajería instantánea sobre la ocurrencia de sismos de gran intensidad en el país, las autoridades hicieron un llamado a ignorar las falsas alarmas y solo fiarse de informaciones emitidas a través de canales oficiales.

Marta Lucía Calvache, directora técnica de geoamenazas del Servicio Geológico Colombiano, indicó que “Colombia es un país muy activo sismicamente. Sin embargo, en el país ni en ninguna parte del mundo se puede predecir la ocurrencia, magnitud ni el sitio en el que ocurrirá un sismo”.

La funcionaria insistió en que no se debe dar credibilidad a mensajes falsos que solo generan pánico.

Según el Servicio Geológico Colombiano en Colombia hay cinco ciudades que tienen alto riesgo sísmico. Estas son: Cali, Cúcuta, Bucaramanga, Armenia y Pereira.

Año de 1566. Epicentro: Valle. Magnitud 5,6. Origen: Falla Cortical (en corteza terrestre).

9 de julio de 1766. Epicentro: Guacarí. Magnitud 6,0. Origen: Falla Cortical.

31 de enero de 1906. En territorio del Valle del Cauca. Magnitud: 8,6. Origen en la zona de subducción* de la fosa colomboecuato- riana.

7 de junio de 1925. Epicentro: Cali. Magnitud 7,8.

23 de mayo de 1957. Epicentro: Buenaventura. Magnitud 6,8.

30 de julio de 1962. Epicentro: Eje Cafetero (Caldas). Magnitud 6,9. Origen: Wadatti – Benioff.

Noviembre 23 de 1979. Epicentro: límite Valle, Risaralda y Chocó (Cordillera Occidental). Magnitud 7,2. Origen: Falla Cortical.

19 de noviembre de 1991. Epicentro: a 100 kms de la desembocadura del río San Juan. Magnitud 7,2. Origen: zona de subducción.

8 de febrero de 1995. Epicentro: límite entre el Valle y Chocó en estribaciones de la Cordillera Occidental. Magnitud 6,4.

25 de enero de 1999. Epicentro: Córdoba (Quindío). Magnitud 6,2.

15 de noviembre de 2004. Epicentro: Pizarro (Chocó). Magnitud 7,2. Origen: zona de subducción.

30 de septiembre de 2012. Epicentro: La Vega (Cauca). Magnitud 7,1. Origen: zona subducción.

16 de abril del 2016. Epicentro: Muise, Ecuador. Magnitud 7,4.

6 de febrero del 2017. Epicentro: Huila. Magnitud 5,7.

*Subducción: sitio donde chocan dos placas y una de ellas se hunde debajo de la otra.