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¿Cali es 'alcahueta' con la indigencia?: Responde el padre José González

El sacerdote José González le pone el pecho a los reparos hechos al programa de asistencia a los indigentes. Denuncia que han llegado venezolanos a Cali, que, tras la crisis, viven en la calle.

13 de agosto de 2017 Por: Josè luis carrillo sarria - Reportero de El País

Para muchos caleños, el problema de la indigencia en lugar de disminuir parece ir en aumento.
Por ello la Alcaldía este año realizó una inversión de $3000 millones para atender este grupo poblacional, sin embargo, se suscitaron reparos a esta iniciativa, calificándola de asistencialista y que incrementó el número de habitantes de calle.

El sacerdote José González, a través de la Fundación Samaritanos de la Calle, es uno de los operadores de este programa y explica el por qué de su importancia.

Padre, ¿usted recomienda dar limosnas a los habitantes de la calle?
El ideal es no darle, porque sino el personaje se postra allí. Él dice: ‘Aquí me dan, aquí me quedo’. Es mejor suministrarle algo de comer, una galleta, un pan. La caridad es una condición humana.

Cuando se habla con los indigentes, ellos dicen que en Cali no se aguanta hambre por la gran cantidad de fundaciones que suministran alimentos y que por eso es una buena ciudad para ellos...
La alimentación fomenta a los habitantes de calle cuando se brinda sin un debido proceso. Por ejemplo, en Samaritanos de la Calle se tiene que seguir con algunos filtros y no se aceptan personas bajo los efectos de drogas o el alcohol. Aquí hay un grupo muy grande de sicólogos y médicos asistiéndolos.

Sí, pero los mismos habitantes de la calle en Cali tienen una ruta para comer cada día en una fundación distinta...
Son acciones de reducción de daño. A las personas que se les da alimento en estas instituciones, pero no pueden llegar borrachos ni habiendo consumido drogas. Aquí se va amando, pero se va apretando.

¿Toda esta asistencia ha dado resultados positivos?
Le cuento una experiencia. Seis habitantes de la calle que siguieron el proceso alquilaron un apartamento en un conjunto residencial del Sur. Nosotros le dimos un aporte mínimo, esos ‘manes’ están juiciosos. Te lo juro que cada vez que yo cuento esto se me aguan los ojos. Fíjate que se puede, pero apretando.

¿Qué pasa con los habitantes de la calle que vienen de otras ciudades?, porque la verdad es que se ven muchos deambulando por Cali...
Se ven más porque los están sacando de los lugares de donde se encontraban. ¿usted sabe cuántos habitantes de la calle han sacado de El Calvario?, una cantidad enorme.

Ya son nueve años que lleva el proyecto de renovación urbana en El Calvario, ¿Cómo los ha afectado?
No podemos ser un palo en la rueda de la Alcaldía. De hecho, nosotros estamos entregando la casa de baños para habitantes de calle que hay en la zona para que ellos la reubiquen. Esto significa que ya no va a prestar el servicio. Esa casa existe, pero ya está negociada para ser derribada.

¿A qué otros puntos de la ciudad se han movido los habitantes de calle de El Calvario?
A la Avenida Sexta, el barrio Centenario. También se ve más gente en Siloé, en la Avenida Circunvalar. Hay mucho habitante de calle en el barrio Simón Bolívar. Pero te voy a decir una cosa. Ellos llegan a los barrios donde hay venta de drogas.

El movimiento de personas empezó desde el proceso de Ciudad Paraíso y arreció cuando el Gobierno Nacional empezó a acabar las ollas a la fuerza.

¿Cuántos habitantes de calle hay en Cali?, porque la última identificación la hicieron en el año 2005
Yo creo que son 6000 ojalá peque porque sean menos. El censo no se ha hecho, pero cada una de las fundaciones los tiene caracterizados.
Por ejemplo, los de San Antonio, son autónomos porque venden productos, pero tienen un consumo alto de drogas. Ellos no son agresivos ni te piden nada. Un habitante de calle del barrio San Judas no te sale de allá, son callados. Los de El Calvario están muy escolarizados. En Centenario y la Avenida Sexta es gente muy ‘llevadita’, que van andando y pidiendo y el ‘cacho’ (de marihuana) no les falta.

¿Cuántos hogares de paso hay en Cali para atender esta población?
Nosotros tenemos tres. Santa Elena, El Calvario y un dormitorio social. Calculamos que atendemos cerca de 400 personas. Hay un equipo de calle y un dispositivo móvil donde se están atendiendo cerca de 300 habitantes de calle. Si quieren acceder a ellos, tienen que estar sanos, nada de marihuana, ni drogas, ni aguardiente, esos son los filtros.

¿Qué tan cierto es que a Cali están enviando indigentes provenientes de otras ciudades?
De Medellín no ha llegado nadie. De Bogotá tenemos una pareja que viene con un proceso. Están en Cali porque allá se cortó su recuperación. También tenemos tres venezolanos que nos llegaron como habitantes de calle, pero que las circunstancias económicas los empujaron a ello.

¿Jurídicamente pueden brindarles ayudas a estos venezolanos?
Nosotros hacemos una labor humanitaria y ya las autoridades están al tanto de ello.

Padre, se está cuestionando el piloto que se realiza en el barrio Centenario para mitigar el problema de habitante de calle, dicen que esto está fomentando la presencia de más indigentes en la zona...
Allí se está haciendo una intervención y eso no significa que los recojan y se los lleven a otro lugar. Se está llevando proceso. Lo que hay que revisar en este barrio son las fuentes de expendio de drogas que existen. La gente de calle no solo se aposenta donde hay comida. Los operadores no están para sacar a los habitantes de la calle, hay que sacar a los que venden drogas.

Algunos vecinos de esta zona dicen que lo único que hace el programa es darle desayuno y cena a los indigentes. ¿Qué tan cierto es eso?
Dar comida está bien, el habitante de calle pasa, pero se queda donde hay droga. Por eso no hay que darles dinero. Con $1000 ellos se compran 2 ‘cachos’ de marihuana.

También se cuestiona que la Alcaldía invirtió este año $3000 millones en asistencia para los habitantes de calle, cuando se podrían invertir en escuelas y ayuda para los más pobres...
Lo habitantes de la calle también son personas. Este contrato ha sido el más grande, pero con ese contrato la Alcaldía pide muchas cosas como el dispositivo móvil. El ideal sería que se acabe la droga para que se acaben los habitantes de calle.

¿Cuántas personas han salido de la calle y de las drogas con procesos como el de ustedes?
Bastantes. No me comprometo con cifras. Es posible que sean 1000. Lo que pasa es que se trata de adictos.

¿Es suficiente este dinero para los habitantes de la calle?
Tengo que responder que aún no es suficiente. Ciudades con presencia similar de habitantes de calle como es Medellín invierten en atender el fenómeno social 7 veces nuestro presupuesto, Bogotá hace una intervención económica más alta.

Creo que es justo reconocer la apuesta de la Alcaldía al hacer esfuerzos económicos que han llevado a la ciudad de Cali a establecer un verdadero sistema para atender a los habitantes de la calle.
¿Y en qué consiste el sistema?
Cali investiga el fenómeno y ofrece no solo a los habitantes sino a todos los actores sociales la intervención del fenómeno. Intervenir en el aspecto social no genera la desaparición de los habitantes de la calle.
A veces algunos actores sociales desconocen lo que se hace porque su deseo es que cerca de ellos no existan (habitantes de calle) y se afirma con un profundo desconocimiento que no se hace nada y que eso es mucho dinero perdido... Tal vez esto es lo que hace invisible el actuar que parte de la asistencia social no del mal llamado asistencialismo, este es el punto de partida que poco a poco lleva a la resocialización.

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