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En estratos altos, padres usan a sus hijos para laborar en negocios familiares

El trabajo infantil dejó de ser un problema exclusivo de la población más vulnerable de Cali. Ahora en los estratos 3, 4 y 5 también se vive esta problemática, protagonizada por padres que utilizan a sus hijos para dejar el legado de sus negocios.

28 de julio de 2011 Por: Redacción de El País

El trabajo infantil dejó de ser un problema exclusivo de la población más vulnerable de Cali. Ahora en los estratos 3, 4 y 5 también se vive esta problemática, protagonizada por padres que utilizan a sus hijos para dejar el legado de sus negocios.

Tiene 15 años y dejó de estudiar. No pudo aprobar octavo grado y por sus malas calificaciones no volvió más al colegio y en cambio, entró a trabajar en la pequeña microempresa de comidas de la familia. Cuenta que allí debe ayudar a acomodar el asador y hacer otras cosas que le pida su patrona, en este caso su mamá. “A mí me gustaría volver a estudiar”, dice tímidamente el adolescente, delgado y de ojos claros, que casi todo el tiempo mira hacia el piso.El trabajo infantil dejó de ser un problema exclusivo de la población más vulnerable de Cali. Ahora en los estratos 3, 4 y 5 también se vive esta problemática, protagonizada por padres que utilizan a sus hijos para dejar el legado de sus negocios.Así lo reveló un estudio presentado ayer durante el foro ‘Cali territorio libre de trabajo infantil’, que asegura que de los 42 mil menores que son explotados laboralmente en Cali, cerca del 25% se encuentra en estratos sociales altos. Es decir que cerca de 10 mil niños, niñas y adolescentes han sido empleados por sus propios familiares. Dicen las cifras que del total de niños explotados laboralmente en estratos con ingresos económicos medios y altos, un 29,16% pertenece al estrato 3, el 23,44% al estrato 4 y un 11,48% corresponde al estrato 5.En algunas zapaterías, locales comerciales y restaurantes se han detectado casos frecuentes en los que los padres prefieren que sus hijos interrumpan sus estudios para emplearse en sus negocios y obtener más ingresos para el hogar.“Está bien que un padre quiera educar a su hijo en la responsabilidad del trabajo, pero no deben abusar de ellos. Cuando se mira a los niños como una forma de ingreso se tergiversa la intención y ya hablamos de explotación”, explica Jhon Arley Murillo, director regional del Instituto Colombiano de Bienestar familiar, Icbf, Regional Valle.Al respecto, Camilo Domínguez, gerente de programas de la Fundación Telefónica- entidad que realizó el estudio - señala que se trata de un problema cultural que traerá como consecuencia que estos niños y adolescentes, cuando sean adultos, no podrán devengar los ingresos que sus padres desean.“Hay familias que tienen buenos ingresos y sacan a sus hijos del colegio desconfiando porque no los educarán para el trabajo y que son las calles o sus negocios mejores para formar las competencias”, señala Domínguez.En ese sentido, Mariluz Zuluaga, secretaria de Bienestar Social de Cali, coincide en que “muchos padres quieren que sus hijos sigan su ejemplo y se vuelvan buenos trabajadores, pero los niños y adolescentes deben quemar etapas y por eso deben concentrarse en otras cosas y no tener obligaciones de adultos”.‘Proniño’ lucha contra explotaciónEn 2010, dos mil niños que ejercían trabajo infantil en Cali salieron de las calles gracias al programa ‘Proniño’.Se trata de una alianza entre la Secretaría de Bienestar Social de Cali, el Icbf y la Fundación Telefónica, con la que se brinda atención integral a los menores que son víctimas de esta situación. A través de acompañamiento educativo (matrículas escolares, útiles), talleres de arte, cultura y deportes para ocupar el tiempo libre y atención nutricional se intenta rescatar a niños y adolescentes que trabajan como vendedores ambulantes, empleados domésticos, recicladores e incluso mineros.“Hay muchos niños que son obligados a trabajar y ellos lo que quieren es estudiar, jugar fútbol, hacer cosas de niños”, dijo Mónica Giraldo, directora ejecutiva de la Fundación para la Orientación Familiar, Funod, encargada de operar el programa.En el 2011 la fundación atiende 1.679 niños y el 65% de ellos ya abandonaron las calles este año. La meta es que a finales de 2011 otros dos mil pequeños dejen de trabajar definitivamente.

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