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En el MÍO hay cosas que no funcionan: Presidente de Metrocali

Armando Garrido Otoya asegura que tal como está hoy el sistema de transporte masivo "estamos a punto de que se nos caiga la estantería".

14 de marzo de 2016 Por: Luz Jenny Aguirre Tobón | Editora de Cali

Armando Garrido Otoya asegura que tal como está hoy el sistema de transporte masivo "estamos a punto de que se nos caiga la estantería".

Asegura que tapar las cosas no es su estilo y que se siente tranquilo cuando tiene que decir lo que a los demás les resulta “inconveniente”. Armando Garrido Otoya, quien viene de ser el director administrativo de Comfandi y ahora es el  presidente de Metrocali, no adorna el panorama. Afirma que  en lo que concierne el sistema masivo estamos a punto “de que se nos caiga la estantería” y que se armará jurídicamente para enfrentar a los operadores, que son los dueños de los buses. Ha planteado que va a volver a barajar con los operadores, ¿eso qué significa? Algunos medios han dicho que yo he entrado con mano dura, yo creo que sí hay un componente indudable de ser claro en los temas, pero sobre todo lo que hay es una invitación a la sensatez, a que  seamos conscientes de que estamos muy cerca de que se produzca una falla sistémica, de que se caiga la estantería completa, que entremos en una espiral de deterioro que no para nadie: no hay usuarios porque no hay buses y no hay buses porque no hay usuarios y no hay con qué pagar.  No han pasado dos años desde  que el Gobierno se sentó con los operadores, hizo un acuerdo y entregó una plata, reconoció que había un desequilibrio económico financiero y entonces uno dice ¿aquí qué está pasando? ¿el problema es tan simple como decir que el Gobierno está incumpliendo?; no. Aquí hay una cantidad de cosas que no funcionan. Dice que  la solución no es seguir dándoles dinero a los operadores. ¿Cuál es entonces? La solución no es seguir  dando reconocimiento de desequilibrios económicos,  por que lo que vamos a tener es que si damos más plata, seguramente vuelve otro deterioro. Lo estructural es que los contratos no están bien hechos.  ¿Cuáles son los caminos? Hay dos: uno es el que encontré sobre la mesa,  el de los tribunales de arbitramento  (tres de los cuatro operadores demandaron a Metrocali). Para eso estoy listo, nos agarramos de las mechas y al final queda el plumero, pero el de ambos, porque yo tengo quién me pueda defender y porque sé todo lo que ellos  me han incumplido. El juez va a decir si tuvimos o no razón y al final del día vamos a quedar absolutamente reventados. Va a perder la ciudad y ellos se quedan sin contratos.  ¿Cuál es el otro camino? Sentarse a ver cómo ajustamos los contratos para que funcionen para todos, me interesa que ellos ganen dinero, cuando eso pase es porque el sistema está funcionando. La tendencia de sistemas como el MÍO es a que el Estado financie la operación, ¿es partidario de eso? Muchos consultores dicen que estos sistemas deben ser subsidiados, yo tiendo a pensar que eso es cierto. Mi abogada me decía  que eso no es estrictamente cierto, que se puede llegar a la autosostenibilidad, pero eso en este momento no  es mi preocupación mayor, porque lo único que yo no voy a hacer es a patrocinar una negociación que esté orientada hacia cuánto les voy a pagar a los operadores. Yo estoy dispuesto a revisar la bolsa (cómo se distribuye la plata que se recibe), hacer acuerdos con el colectivo que queda y con las ‘gualas’ para que haya más pasajeros, a poner todos los medios para que  les llegue más dinero,  siempre y cuando encontremos un camino para arreglar los contratos.  ¿Qué es  lo que hay que modificar en esos contratos para que deje de ser un mal negocio para Metrocali? Primero, que de verdad estén articulados, hoy son cinco ruedas sueltas: cuatro operadores y un recaudador (la UTR&T). Esta última  tiene una situación contractual que hay que revisar a fondo. Les firmaron  un otrosí que dice que su concesión  solo arranca cuando llegue el bus 911 (hoy hay cerca de 800), olvídese de eso. Segundo, necesito ser interventor, tener dientes, poder pedir los estados financieros de ellos, que me muestren cómo operan y entrar en un proceso de volverlos empresarios. Ellos no han cambiado de chip, siguen siendo transportadores de colectivo tradicional, simplemente  vestidos de azul. ¿Cómo iría en esa renegociación la presencia del transporte tradicional? Yo necesito que ellos (los operadores) acepten que el transporte público tradicional va a estar articulado adecuadamente. Necesito que los camperos y los buses estén articulados  en un esquema parecido al MÍO Cable. Entonces la integración con el sistema tradicional restante es inevitable... Inevitable por ahora. El primer aliciente que tendrían estos transportadores es que mantengan su negocio, que operen tranquilos en unos plazos que hay que definir. ¿Qué le han dicho los operadores frente a estos planteamientos? Ellos saben que también tienen muchas cosas en las que han incumplido y ahora ya saben cómo es que nos vamos a defender. Es que esto es plata pública, al Alcalde le quita el sueño entregar la ciudad quebrada, con $500.000 millones de deuda de un tribunal de arbitramento del MÍO, yo le he dicho que eso no va a pasar. Finalmente lo que interesa al usuario es que le mejoren el servicio. ¿Cómo lo hará? Estamos trabajando intensamente operadores y Metrocali, poniéndonos de acuerdo en un esquema con el cual me pueda sentar a trabajar ya con el colectivo residual. Vamos a hacer un esfuerzo para llamarlo transporte complementario, porque el transporte colectivo en Cali se va a acabar, los vamos a integrar al sistema y vamos a lograr que para ellos sea negocio y que para nosotros sea un aliciente que ellos le pongan 30.000 o 60.000 pasajeros al sistema. ¿Cuando usted dice que se van a integrar significa que como ente gestor los programa y define dónde circulan?  Exactamente. Y hay mecanismos en los cuales el sistema de transporte masivo sigue recibiendo y administrando la plata, pero ellos pueden recibir su dinero diario y  yo les digo dónde operan. ¿Incluso con unidad de marca y color? No estoy seguro, puede ser. Pero no me  van a competir, ponemos unas barreras: ejemplo, de la Simón Bolívar no me pasa un tradicional  ni de peligro y el Secretario de Tránsito, al que coja más allá, le pone una multa la berraca.    ¿Qué otra estrategia tiene? Una más compleja, porque involucra al Ministerio de Transporte, que es trabajar con el transporte interurbano. Necesito encontrar una fórmula para que, por ejemplo, de la estación de Paso del Comercio (entrada a Cali por Palmira) no pasen ciertos buses intermunicipales. Y si eso va a afectar a la terminal de transportes, recordemos que eso no es un negocio sino un bien público. Esos son pasajeros que llegan al MÍO, lo que les tengo que garantizar es que al bajarse de su bus puedan coger un bus del MÍO y llegar a su destino en buen tiempo.  No a todo el mundo le gusta esa idea suya de que el MÍO debe  tener más espacio de uso exclusivo en la ciudad, eso es quitarle carriles al carro  y a la moto... Si tengo que dedicar  algunas vías adicionales exclusivamente para transporte masivo, lo tenemos que hacer, así nos duela a todos los que estamos acostumbrados a usar el carro con prioridad sobre todo el mundo. El Alcalde dijo que le aterraba lo que se había hecho en la Clínica de Los Remedios (peatonalizar dos de los cuatro carriles), a mí no, allí se está visibilizando una zona verde que a muchos les gustaría tener, el río Cali.  Muchos piensan que la moto se ha convertido en la principal competencia  del MÍO, ¿usted cómo lo ve?   Es un absurdo ver a la moto como un enemigo, eso es algo que hay que bajar del imaginario. Decir que aquí la gente  compra moto porque el MÍO no funciona es cuento, aunque puede que haya ayudado. La moto es aspiracional, es autonomía. ¿Entonces, sino es a la moto,  a quién le va a quitar pasajeros para subirlos al MÍO? Están el que usa el pirata  porque no hay servicio, el  que se está montando en los buses tradicionales que ya no tienen tarjeta de operación. Hay unos 700 buses tradicionales aún en Cali. De esos, 465 están operando con su tarjeta autorizada, con esos son con los que yo quiero seguir, los otros se van, no los quiero ver,   los compran o se chatarrizan.   ¿Está consciente de que el mal servicio del MÍO ha hecho que la gente no quiera al sistema?  Lo detesta, estoy consciente y lo más difícil es convencer a la gente de que la prioridad son los  usuarios. No va a ser fácil y seguramente voy a tener días en los que diré que no soy capaz, esto es muy berraco porque esto es contra el mundo y contra una cantidad de funcionarios  que le dicen a uno “esto no se puede”, en vez de  “qué hay que hacer para que se pueda”. Según sus cuentas, el MÍO no llega a los 900.000 pasajeros diarios, lo que siempre se ha planteado como su meta.... No hay 900.000 pasajeros para montar al MÍO, hoy tenemos alrededor de 500.000 y otra vez estamos del cuello. Creo que conseguimos unos 160.000 pasajeros más, ‘por copas’ 200.000, cuando tengamos 700.000 la estamos haciendo muy bien.

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