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El Tobías Emanuel, 50 años educando para la inclusión

El instituto, creado en 1965, es el único en Colombia certificado para formar aprendices en cinco áreas para las empresas.

18 de septiembre de 2015 Por: Por Alda Mera, reportera de El País

El instituto, creado en 1965, es el único en Colombia certificado para formar aprendices en cinco áreas para las empresas.

En el Tobías Emanuel solo florece el amor. El amor de los que cuidan, de los que protegen, de los que curan, de los que enseñan, de los que colaboran, pero también el amor  de niños y jóvenes con discapacidad cognitiva que allí sienten el calor de  un hogar y hasta el amor de su vida.

La potencialización de las capacidades de los 140 alumnos del programa de externado es de tal nivel, que hay noviazgos consolidados entre personas con distintos grados de discapacidad intelectual o cognitiva, la más compleja de todas las discapacidades y en la que se enfoca el Tobías Emanuel.

Los primeros fueron Alejandro y Dennys, hoy felizmente casados y padres de una niña sana, de 3 años de edad. Ambos están incorporados al mercado laboral, en Homecenter. Dennys reconoce y agradece que en el Tobías aprendió absolutamente todo. Y Alejandro ya sueña con tener un negocio propio.

Natalia y José David desde que ingresaron a los programas de formación del instituto quedaron flechados. Llevan como año y medio “de noviazgo responsable”. La pareja planea casarse, pero  no por ahora porque todavía no tienen  trabajo. “Primero nos tenemos que organizar para tener una vida  estable”, apunta la joven. 

De hecho, Natalia y varios de sus compañeros presentaron entrevista laboral el pasado miércoles, para  aspirar a una de cinco vacantes que ofrece la firma de productos agrícolas, Fercon, a  discapacitados. Es que, con mucho amor, su programa de educación y formación para el desarrollo humano, los capacita en cinco áreas: panadería y pastelería, jardinería, joyería artesanal, auxiliar de oficina y auxiliar de logística. 

Allí, mientras aprenden a preparar entremeses y croissants,  juegan fútbol o practican natación, ensartan piedras para un collar, podan jardines o aprenden a ser empacadores u organizadores de papelería, también se han ennoviado Carlos Hernán y Mayra Alejandra o Luisa y Juan Pablo. 

Y hay otros romances en ciernes que surgen en las clases, en los paseos, en las terapias artísticas, deportivas o de educación laboral. “En el modelo del Tobías Emanuel se reconoce al discapacitado como sujeto de derechos: a un hogar, a la salud, al afecto e incluso, a la relación de pareja”, dice Leonor Salazar Puyo, presidenta de la entidad.

Stella Rubiano Rozo, directora ejecutiva, reconoce que todavía estamos en una sociedad  excluyente. “Muchos se fruncen cuando se les dice que ellos son pareja. Al contrario, son más responsables que los llamados  normales. Incluso,  asumen que no tendrán hijos, sino solo perros y gatos”, sostiene.

La ejecutiva añade que los 140 estudiantes que asisten al programa de externado durante 3 años, cada día la sorprenden. Como un par de chicas que le comentaron: ‘Yo no puedo tener hijos porque yo convulsiono’. Y otra agregó: ‘Yo tampoco porque tomo medicamentos psiquiátricos’.

Ni qué decir como empleados. Directivos de Homecenter, AlKosto, Juan Valdez y Tugo, 5 de  27 empresas que participan en el programa de inclusión laboral y “arriesgan” a contratarlos, dan fe de lo excelentes trabajadores que resultan: responsables, cumplidos, conciliadores, amorosos.

“Lo más importante es que ellos establecen vínculos de afecto entre sus compañeros de trabajo”, dijo un coordinador de área de una de las grandes superficies de Cali. Es que ellos no se complican por las cosas que nos complicamos la vida el resto de los seres humanos, comenta Stella.

Leonor Salazar destaca que el Tobías Emanuel es el único centro de desarrollo en Colombia certificado en educación laboral para personas con discapacidad cognitiva y en formar aprendices para las empresas. La clave es que allí se  potencializan las fortalezas y capacidades del estudiante.

“Esto no es una guardería, sino un centro de desarrollo”, acota Stella y  destaca que lo que más contribuye al desarrollo de las capacidades de estos niños y jóvenes es llegar a un hogar donde se les acepta, se les reconoce y “juegan de locales porque están con sus pares”. 

“Ellos vienen de ser sujetos del bullying en sus familias, en sus colegios, en sus entornos y eso no los deja avanzar. Pero al estar entre iguales, comienzan a mostrar todas sus capacidades y valores humanos”, explica. En este universo comienzan a socializar,  van a paseo, a recorridos empresariales o a exhibir sus productos en ferias empresariales, ven cine, hacen obras de teatro. “Empiezan a creer en ellos mismos y a fortalecer su amor propio, que lo traen muy bajo porque han sido excluidos”, anota.

Origen

En 1965 nació  la Asociación de Niños Subdotados. Y   Tim Loew, profesor de Univalle, y su esposa Mary,   donaron US$250.000 en gratitud por la atención a su hijo Tobías Emanuel, a condición de que llevara ese nombre.

Los 140 que asisten todas las tardes a esta especie de “universidad”,  cuentan con el apoyo de sus familias. Otros 97 también, pero están internos porque sus padres no tienen  recursos. Entonces, son acogidos en sendas casitas para niños o para niñas, un hogar dotado con todas las comodidades de una casa normal.

Pero los más afectados son unos 112 niños y jóvenes con discapacidades más severas y que los hace depender de sus cuidadores y han sido abandonados por sus familias. Hay que bañarlos, vestirlos, darles de comer y brindarles amor, justo lo que más les ha faltado.

Y de ellos, 15 reposan en la Sala de los Ángeles, llamada así porque tienen grados de discapacidad tan severa que se deben alimentar por sonda. Requieren cuidado profesional las 24 horas del día de médicos, enfermeras, nutricionistas, terapeutas, trabajadores sociales, entre otros.

El líder en crecimiento espiritual Gonzalo Gallo los ha definido como “seres superiores que tomaron esa forma de vida para enseñarnos el respeto por la diferencia”. Son los más excluidos de los excluidos, tanto así que hay quienes se han atrevido a insinuar  “que para qué insisten con ellos”.

Su promedio de vida es muy corto y son en extremo delicados, dice el terapeuta respiratorio César Augusto González, de Emssanar, mientras su compañera de labores les hace terapia de fonoaudiología. 

Son los ángeles en los que florece el amor cuando los llaman por su nombre o les toman la mano. En un jardín cultivado así durante cinco décadas, ya son 14.291 almas las que han florecido en el amor, con el amor, para el amor.

Cena benéfica

Con motivo de las bodas de oro del Instituto Tobías Emanuel se realizará una cena benéfica el próximo 29 de septiembre a las 7:00 p.m. en La Hacienda del Bosque, antes Cali Viejo.   

El menú estará a cargo del chef Francisco Prado. Las boletas de donación son a $ 250.000. Las empresas se pueden vincular con pendones. Informes: Calle 5B2 No. 37A-75. Tel: 5140202 o en www.tobiasemanuel.org

 

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