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El Salsódromo es la mejor pista de baile para estos cuatro extranjeros

Es común en la capital del Valle ver a los extranjeros tomar clases en alguna de las cien escuelas que hay en la capital del Valle. Conozca la historia de Marié, Simona, David y Peter.

26 de diciembre de 2016 Por: Redacción de El País

Es común en la capital del Valle ver a los extranjeros tomar clases en alguna de las cien escuelas que hay en la capital del Valle. Conozca la historia de Marié, Simona, David y Peter.

Llegan provenientes de Alemania, Suiza, Bolivia y Australia, en búsqueda de una experiencia para ellos extrema, la de aprender a bailar salsa en Cali, la capital de este género, según han oído. No quieren aprender la salsa que bailan en Puerto Rico ni en Cuba, sino la “salsa caleña”, con ágiles movimientos de pies.  Ese es el reto de muchos  extranjeros que llegan meses antes a la ciudad,  para practicar lo que ellos llaman ‘un deporte extremo’, aprender los mejores pasos de baile.  Su cuerpo pide salsa y las escuelas caleñas lo saben. Por eso es común ver a los extranjeros tomar clases en alguna de las cien escuelas que hay en la capital del Valle.   Marié, Simona, David y Peter son algunos de esos personajes que se roban las miradas en una ciudad con mayoría de población afrocolombiana,  y que entrenan tres horas diarias para poderse “gozar” la Feria “bien chévere”, y darse “un borondo” por las discotecas de Cali. En sitios como Tintindeo, La Topa Tolondra, Zaperoco, Salsa, Bailatino y Punto Baré, los extranjeros como ellos, saltan a la vista, en medio de bailadores locales que suelen brindar todo un espectáculo visual cuando se toman la pista. Simona Calabró llegó de Zurich, Suiza, dos meses antes de la Feria, con el sueño de participar en el Salsódromo. “Es una experiencia muy especial para mí, porque en mi país no tenemos un evento igual”, afirma esta hermosa mujer que ha entrenado hasta 7 horas diarias en clases privadas y en grupo.  “Me gusta el estilo caleño, también el son y el mambo, que es muy divertido”, asegura con la emoción de una niña que acaba de recibir un regalo de Navidad. Proveniente de Alemania llegó también a Cali  Marié Groethuysen, quien escuchó de la ciudad por primera vez en Quito, Ecuador, a través de una amiga que reside ahora en Cali, “ella baila mucho y me contó que hay mucha salsa aquí. Es la tercera vez que vengo. La primera vez estuve solo dos días y regresé otras dos semanas, me gustó mucho y decidí regresar”.  La alemana encontró un trabajo como voluntaria en la Escuela de Baile Arrebato Caleño y dice que ya no se quiere ir de la ciudad. “No existe un Salsódromo en otra parte del mundo”, expresa Marié, quien ha entrenado entre tres y seis horas diarias, recibiendo talleres de mambo, bogaloo, son y por supuesto, salsa caleña.  A través de un video que le mostró un amigo de unos bailarines caleños, el australiano Pedro Hedley, sorprendido por la velocidad y el estilo de estos, llegó a Cali proveniente de Guatemala, donde residía, decidido, junto a un amigo suyo, a aprender más de la ciudad y de su baile. “La salsa no me gustaba porque soy muy introvertido. Pero después de pasar un tiempo en Cali, empecé a aprender en una escuela local y me gustaron la música y los movimientos, y ya no puedo parar”, cuenta Pedro, quien desde abril se ha enfocado en convertirse en un salsero. “Necesito practicar y practicar, entonces entreno entre una y tres horas cada día”, dice.   Y no solo se enamoró de la salsa, sino del clima de Cali, similar a Australia. Dentro del grupo de visitantes por estos días a la ciudad está David Alejandro Andrade, de Villazón, Bolivia, quien se radicó hace más de  cinco meses en la ciudad, “me tomé el riesgo de venir sin conocer nada. Lo que me mueve es la pasión y el amor por el baile. Y qué mejor lugar para aprender de salsa que Cali”.  Aunque él baila salsa hace una década, considera que todo amante de la salsa debe ir una vez en la vida al menos a Cali. “Mi sueño era aprender a bailar salsa caleña y hacerlo en el Salsódromo”.  El calor humano y el carisma de los caleños lo han conquistado. “La primera vez que entré a comprar algo a una tienda, me sorprendió ver que todos los vecinos se saludaban”.  Aunque Andrade ya es un bailarín consumado, ensaya dos horas como mínimo en grupo y de 4 a 6 horas diarias en pareja, para llegar a un nivel óptimo. “No se trata de bailar por bailar, sino bailar bien, lo mejor posible”, asegura.  Ellos participaron en el Salsódromo sin recibir reconocimiento económico alguno. Para estos bailarines adoptados por Cali lo más importante es haber cumplido un sueño, aprender a bailar salsa caleña en un tiempo récord. ¿Dónde aprender? El Manicero. Calle 5 # 39-71. 315 289 4040.Son de Luz. Carrera 28 # 6 -118. Tel: +(572) 370 2692 / 315 546 4859. Swing Latino.   Cra. 31 # 7-25 Tel:  23742226Rucafé. Carrera 36, No 8-49.  Tel: 5560300.  cerca del complejo deportivo Panamericana Tango Vivo & Salsa Viva.   Calle 5B5 No : 36-94 San Fernando Tel: 557 0618.  CLUBES DE SALSA. Tintindeo:  Calle 5 # 38-71.  Tel: (57 2) 514 1537. La Topa Tolondra:  Calle 5 # 13-27, Tel: 314 6641470El barrio de Alameda.  Cerca de la estación del Mío de Santa Librada, hay varios clubes de salsa  activos en especial  los fines de semana, las llamadas ‘viejotecas’ porque la música que se toca es más antigua. Algunos clubes son  Alalaé  y El Habanero. (*) Con información de Corfecali

 

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