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El Pacífico también le puso sabor y 'gozadera' a la Feria de Cali

Las comidas típicas. bebidas afrodisíacas y la rumba a ritmo de chirimía se tomaron la plazoleta de San Francisco desde temprano. Crónica de un día con sabor y sabrosura.

26 de diciembre de 2015 Por: Elpaís.com.co

Las comidas típicas. bebidas afrodisíacas y la rumba a ritmo de chirimía se tomaron la plazoleta de San Francisco desde temprano. Crónica de un día con sabor y sabrosura.

Todos los años el Día del Pacífico es un invitado de honor de la Feria de Cali y cada vez la esencia de esta cultura, los secretos de su gastronomía y la sabrosura de sus ritmos atraen a decenas de visitantes. Esta vez no fue la excepción. 

La Plazoleta de San Francisco fue de nuevo el escenario perfecto para recibir este sábado a los asistentes de este evento que volvió con su magia a la 58 versión de la feria.

Desde temprano el clima jugó a favor, un radiante sol comenzó a prender los ánimos y a eso de las 3:00 p. m. la inigualable brisa decembrina comenzó a acompañar la 21° edición del Día del Pacífico. 

Lilián Rosero, directora del Día del Pacífico, describe este evento como una "ventana al mundo para exaltar nuestra cultura y sirve para hacer un reconocimiento a nuestras tradiciones".  

Rosero dice que el evento siempre ha sido pensado para toda la comunidad, no necesariamente para los afrodescendientes. De hecho, turistas y curiosos se ven atraídos por aprender sobre la esencia de esta comunidad. "Para cogerle el ritmo sólo se necesita tener actitud y dejarse llevar por la fuerza de los instrumentos".

Una cuadra antes de llegar a la iglesia de San Francisco se percibió desde temprano el olor a pescado y no es para menos, pues en este día las comidas típicas del Pacífico siempre se abren paso: el encocado de jaiba, sudado de piangua y empanadas de camarón, fueron degustados por los asistentes.

Al frente de la Gobernación se habilitó un puesto para las artesanías hechas en tagua y coco, ahí mismo estaban los 'stand' de las mujeres afrodescientes haciendo sus trenzas tradicionales. Los peinados característicos de esta cultura y los turbantes de colores llaman la atención tanto de caleños como cientos de turistas que llegaron a disfrutar de la Feria del Pacífico.   

Los contrastes lentamente fueron apareciendo. El arrechón, viche y tumbacatre fueron invitados especiales, pero los menos osados y conservadores decidieron jugársela por lo conocido y tomaron sus cervezas refrescarse. 

Luz Mila Ángulo lleva ocho años dedicada a la venta y preparación de las bebidas afrodisíacas del Pacífico. Ella dice que el éxito no está en la preparación, sino que "hay truquitos que hay que aprender y ellos nos han sido transmitidos de generación en generación". 

El arrechón fue la bebida que más consumieron los asistentes al Día del Pacífico. "Chontaduro, borojó, aliños y el pipí de la tortuga, entre otros secreticos, hacen la magia en esta bebida", comentó la vendedora. Una botella podía conseguirse en 10.000 pesos. 

Para las matronas, gracias a la 'magia' de estas bebidas, la etnia no se ha extinguido. "Usted se toma dos botellas y amenacen tres", cuenta Ángulo entre risas.  

En el centro de la plazoleta también se prendió la rumba cayendo la tarde. La marimba, los tambores y la chirimía ocuparon el lugar de las trompetas y la campana. El sabor está vez fue por cuenta de los versos del Pacífico colombiano. 

Adriana Reyes es una de las bailarinas de vestido blanco, turbante verde con naranja y maquillaje colorido, que llevó el ritmo a la tarima. El movimiento de caderas combinado con los movimientos de hombros de la mujer enamoraron e invitaron a más de uno a seguirle el paso.  "Llevo 15 años bailando, entregando el sabor y las raíces de mi tierra", afirmó Reyes.  Para ella, el baile es una parte esencial de su vida, lo siente en la sangre y lo lleva en sus venas. 

Era inevitable notar que Cali está de Feria. Los sombreros blancos característicos del evento de fin de año invadían la plazoleta de San Francisco pero el pañuelo blanco inconfundible del Pacífico se agitaba sin cesar. 

Eva es una alemana de ojos azules, pelo rubio y piel blanca. Ya estaba un poco colorada por el sol pero a ella parecía no importarle y es que mientras trataba de seguirle el ritmo a los bailarines de la tarima no paraba de sonreír. 

La extranjera llegó temprano en la mañana de este sábado después de un viaje de casi 7 horas. En un español lento pero bastante claro, Eva dijo que "estaba enamorada de la música y del color de piel de las mujeres. La gente ha sido muy amable". 

Pero el evento también reunió a la comunidad afrodescendiente de todas partes del mundo. Elizabeth Valencia es una mujer que a pesar de llevar 15 años fuera del país no ha perdido sus costumbres y mucho menos ha dejado de vestir sus trajes típicos. Valencia está radicada al norte de Italia pero en ningún momento ha olvidado sus raíces. "Mucho calor humano, ya los extranjeros de todas partes del mundo se están contagiando de nuestra alegría, el Pacífico ya es una marca a nivel mundial", declaró. 

Y para cerrar el evento fue invitada Totó la Momposina, una de las grandes exponentes en el país de la música del Caribe colombiano. Este año, de acuerdo con Lilián Rosero, el evento no contó como estaba previsto con la participación de Leonor González, La Negra Grande de Colombia y fiel representante de la música del Pacífico, por quebrantos de salud.

La rumba pacífica también se dejó en manos del grupo 'Dejando Huellas' de Puerto Tejada, así como la participación de 40 bailarines en escena. 

 

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