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El hombre detrás de la trompeta en honor a Jairo Varela

Fredy Pantoja, arquitecto de la Universidad del Valle, es el autor de la escultura en honor a Jairo Varela, que está frente al CAM.

16 de marzo de 2016 Por: Luz Jenny Aguirre | Editora de Cali

Fredy Pantoja, arquitecto de la Universidad del Valle, es el autor de la escultura en honor a Jairo Varela, que está frente al CAM.

A toda carrera, caminando con carpetas bajo el brazo y con el sol de Cali en pleno Fenómeno del Niño, un señor encorbatado cruza la plazoleta Jairo Varela. Se aproxima a la escultura de la trompeta que está allí desde diciembre pasado, cuando de pronto frena el paso. Lea también: Develan escultura en homenaje a Jairo Varela frente al CAM

Sí, es música lo que sale de las campanas del instrumento. Ahí es donde suena. Lo comprueba cuando, agarrando bien los papeles, se agacha y se mete en las copas. 

Desde afuera se ve solo un par de piernas de pantalón café a las que se les sale un sutil paso de baile a ritmo de Cali Pachanguero. Habiendo bailado a las 10:00 de la mañana de un miércoles, el hombre prosigue su camino. 

Cuando eso pasa y Fredy Pantoja lo ve, dice que entonces no estaba tan loco, que valía la pena que la trompeta fuera tal como es, de cuatro toneladas, ocho metros de altura y 24 metros de longitud. 

Habrá quienes le digan, como ya le ha pasado, que ese monumento es “estrambótico” y “exagerado”. Pero él, el padre de esta escultura, asegura que no tiene problema con eso, que ella funciona casi como una escenografía, que incluso la idea era que pareciera un ‘grill’, un bailadero. La trompeta, precisa, es rumba hecha objeto.

Esta obra le fue entregada a Fredy y a su grupo de trabajo de Pantoja Arquitectos, tras una convocatoria pública organizada el año pasado por la Secretaría de Cultura y Turismo y el Museo de La Tertulia. 

Junto a su esposa, la artista plástica Lucía Alba y un equipo de arquitectos, ingenieros y diseñadores, se puso en la tarea de profundizar en la historia de Jairo Varela, a quién debía hacer honor este trabajo. 

 Cita entonces un texto del escritor y crítico musical Rafael Quintero, donde dice cómo los vientos de Niche marcaron identidad en la salsa caleña. Por ahí estaba la cosa. 

 “La abstracción de la trompeta siempre estuvo y comenzaba a tomar más forma. Una escultura en homenaje a Jairo Varela tenía que tener música. Niche hace parte del paisaje sonoro de la vida de los caleños y de quienes han vivido en Cali”, explica el arquitecto.

Sería de lámina metálica galvanizada, pintada con esmalte dorado y con luces cálidas en su parte frontal. Pero tendría un encanto adicional: sonido. La apuesta fue “descomponer” lo que Jairo Varela había compuesto. Esto se haría separando en tres paquetes la canción a trabajar (Cali Pachanguero).

“En una campana suena solo la percusión; en otra, la melodía (vientos, bajo, piano) y en la tercera las voces. En la cuarta va la canción completa”, explica en artista. 

Esta parte fue para Fredy y los miembros de su equipo una de las experiencias más gratificantes de todo el proceso, porque implicó trabajar con el Grupo Niche en sus estudios. 

“¡Fue el mejor día de mi vida!”, recuerda y dice que aunque no es caleño, de esta tierra en la que vivió muchos años adoptó la pasión por la salsa. 

Para poner a sonar todo aquello de tiempo completo en la trompeta fue necesaria la instalación de un equipo especial con amplificador. Por ahora es solo una canción la que se escucha, pero el arquitecto sueña con que también se pudieran tener, al menos, éxitos como Prueba de Fuego y Sin Palabras, que son algunas de las creaciones de Varela que más le gustan. 

Aunque no todo el mundo lo ha notado, en la estructura de la trompeta se puede leer la palabra Niche. Es, dice Fredy, un descubrimiento que no se hace a primera vista y justo ahí está la gracia. Como también lo está en el hecho de que sus curvas inferiores sirvan como silla para los que deciden tomarse allí una foto o como escenario de equilibrismo para los niños que juegan en ella. 

Cuando llueve o hace mucho sol, las campanas terminan siendo la sombrilla perfecta.  

“Es una obra para ver, escuchar y penetrar, que en sus formas se convierte en mobiliario público, permitiendo al usuario sentarse, recostarse y bailar retratando y reflejando la esencia de la capital mundial de la salsa”, explica en un documento de presentación de la obra la firma Pantoja Arquitectos. 

Pese a que la escultura ya se ve lista y puesta allí, para Fredy Pantoja esta es una misión que no ha terminado y que, asegura, todavía le roba el sueño. 

Cuenta que le dieron $40 millones para la obra al ganar la convocatoria, pero que con esa plata alcanzaba para algo mucho más pequeño, no para lo que tenía planeado. 

“Y si tenía la oportunidad de hacer algo para Cali que se convirtiera en un ícono, queríamos hacerlo muy bien. Así que nos metimos en la locura de ejecutarlo  como lo habíamos soñado y no en hacer solo lo que alcanzara con esa plata que teníamos”. 

El sueño, en últimas, terminó costando $150 millones, gran parte de los cuales salieron de créditos y tarjetas personales. Las deudas siguen allí y aunque el Municipio les dio la posibilidad de conseguir respaldo con la empresa privada para completar la financiación de los trabajos, muchos de esos aportes aún no se han cristalizado.

 Cuando Fredy Pantoja habla de esto, se coge la cabeza y dice que no sabe cómo puede dormir todas las noches.  Otro asunto por el que le hacen reclamos es por la ubicación de la escultura. 

James Gómez, experto en movilidad vial, pasaba por el lugar justo durante la entrevista para este artículo y le recordó al padre de las trompetas que la mega figura está puesta en todo el camino de la guía en alto relieve para invidentes. 

Por este hecho, organizaciones de personas en situación de discapacidad han interpuesto incluso derechos de petición. 

[[nid:517495;http://contenidos.elpais.com.co/elpais/sites/default/files/imagecache/563x/2016/03/monumento-jairo-varela.jpg;full;{El creador del monumento dice que la altura de las campanas es intencional, para hacer que la gente se meta y se sienta envuelta por el sonido. Foto: Bernardo Peña | El País}]]

Pantoja responde que esto es cierto, que allí hay un error, pero que no fue él quien puso la trompeta, que  también le está insistiendo a la Alcaldía en que debe mover la guía para no seguir incurriendo en una equivocación.

 Así las cosas, la escultura que rinde tributo al fundador del Grupo Niche es para este nariñense un hijo en toda la extensión de la palabra. Le trae algunos  dolores de cabeza, pero a la vez, profundas satisfacciones. 

Hace poco, relata, un amigo suyo le mandó una foto de un mural hecho en una calle de Cali. Una pintura donde se resaltan las cosas características de la ciudad: las Tres Cruces, Cristo Rey, Sebastián de Belalcázar, el puente Ortiz....y ¡la trompeta!.

Fredy guarda la foto en el celular, como se conserva la del hijo haciendo alguna gracia, y la muestra con orgullo y alegría. 

 “Eso quiere decir que la gente, poco a poco, la está incorporando a su paisaje cotidiano y a la lista de los íconos de Cali, eso es una maravilla”, describe.

 Como él vive en Bogotá, no ha tenido la oportunidad de ver lo que pasa allí en especial los fines de semana, cuando hace estación en el sitio el bus turístico y sus viajeros (muchos de ellos, extranjeros), se gozan cada campana.

 “Muy bonito. ¡Ustedes son los mejores en esto!”, dice en español forzado un alemán que está dando la vuelta en el bus y bajó a darse el respectivo paseo. 

A su estilo, se mueve con Niche de fondo y dice que le tomen la foto, porque esto es algo que tiene que mostrar cuando vuelva a casa. 

Así que para muchos, la escultura  de la Jairo Varela ya es un recuerdo que viaja. Era que lo quería Pantoja, el hombre al que le sonó la trompeta.

El equipo de Pantoja: Lucía Alba,  artista.Sebastián Castaño,  arquitecto.Alex Rodríguez,  arquitecto.Leonardo Fontalvo,  arquitecto.Marcela Mejía,  ingeniera de sonido.Jhon Vergara,  diseñador gráfico.

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