El de los árboles, un drama que echa raíces

Vecinos de Prados del Norte, La Flora y San Vicente se quejan de que el Dagma no atiende estos 'enfermos'.

Tristeza, cientos de cartas al Dagma y hasta enfrentamientos entre vecinos genera el deterioro de algunas especies arbóreas del Noroeste.Un ejemplo de ello es la ceiba de la Carrera 27 con Calle 3 Oeste, que mantiene en vilo a los moradores de la zona, pues, según Ramiro Reyes, “claramente se aprecia la ruina en que se está convirtiendo este exponente de nuestra naturaleza vallecaucana, que se destacó por su hermosura, pero la autoridad ambiental no acude a salvarla”. El remedio que claman es una revisión y mantenimiento para evitar que termine en leña como tantos otros. Caso contrario ocurre en Prados del Norte, donde la dueña de una casa en la Avenida 2 con Calle 36 afirma que la solución para los andenes levantados por las raíces de una acacia es la tala definitiva. “Tengo la orden de corte del Dagma desde el 2004, pero ahora resulta que tengo que donar diez árboles para que la talen”, señaló Liliana Saavedra, quien aseguró que en su reemplazo piensa sembrar un ébano.Igual sucede en la Calle 26N con Avenida 5, donde otra acacia está en la mira de los vecinos, pues unos alegan que demandarán al Dagma por no autorizar su corte, mientras otros defiende su existencia. Jesús Ómar Delgado, jefe de arborización del Dagma, confirmó que cuando se tiene que cortar un árbol por daño grave se causa un impacto ambiental y hay que atenuarlo con la reposición del árbol y donar el resto para labores de siembra. “Por eso solicitamos la compensación”, precisó. Sobre las raíces que dañan las aceras, indicó que se puede hacer una poda raizal y que las indicaciones del procedimiento se dan al momento de la visita.Respecto a las quejas de la comunidad sobre la inoperancia de la entidad, señaló que se debe a la falta de personal. No obstante, recomendó hacer las solicitudes por escrito y no por teléfono para priorizar cada caso según la gravedad.