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El abandono y el olvido viven en casas de El Peñón, al oeste de Cali

Seis casas y dos lotes de este sector de Cali intentan sobrevivir a la maleza y el deterioro a los que los sometieron sus dueños.

19 de noviembre de 2010 Por: Andrés Felipe Álvarez | Cali Norte

Seis casas y dos lotes de este sector de Cali intentan sobrevivir a la maleza y el deterioro a los que los sometieron sus dueños.

Enclavados en las entrañas de El Peñón, uno de los barrios más tradicionales del Oeste de Cali, yacen entre la maleza, el óxido y los escombros ocho predios que en años anteriores hicieron parte del imponente paisaje arquitectónico de este sector.Son dos lotes y seis construcciones que ven pasar los días deteriorándose bajo la inclemencia del tiempo y el vandalismo de inescrupulosos, sin que sus propietarios muevan un dedo para sacarlos de esta condición.Los habitantes del barrio aseguran que el olvido en el que se encuentran estas propiedades no sólo es causante de problemas estéticos para El Peñón, sino que sirve de guarida, dormidero y baño público para indigentes, ladrones, drogadictos y jíbaros.Además, son un criadero de roedores, zancudos y otras plagas.Para Fabiola Aguirre, ex directora de Planeación Municipal, es incomprensible la dinámica inmobiliaria que manejan los dueños de estos inmuebles, al no venderlos, no adelantar desarrollos en su interior y no ejercer la renta del suelo.“Adicionalmente, al no tener control por parte del Municipio, por ser propiedad privada, se prestan para malos usos que causan los problemas de los que se quejan los vecinos”, manifestó la arquitecta Aguirre.Historia entre malezaTodo tipo de mitos se esconden tras las puertas de estos desvencijados predios. Historias truculentas de negocios multimillonarios, crímenes y narcotráfico se desenvuelven alrededor de algunas de las casas abandonadas de El Peñón.Otras simplemente fueron compradas y destechadas por sus dueños, para que el clima y el moho acabaran con su interior y poder venderlas dentro de varios años, cuando la propiedad raíz en el sector haya adquirido un valor inmensamente superior.El imponente emblema del abandono en este barrio tiene su entrada principal en la Carrera 4 No. 1-33 y se extiende alrededor de una manzana. Esta mansión, considerada parte del patrimonio histórico y arquitectónico de la ciudad, es conocida como ‘La casa de La María’. Tiene la mayor parte de su estructura destechada y su zona trasera se hunde entre plantas que crecen sin control, el intento de construcción de un parqueadero ahora lleno de escombros y una cerca de lata que hace las veces de baño público y basurero.Según Italia Bernardi, ex presidenta de la Junta de Acción Comunal de El Peñón, es un misterio el abandono de estos predios, pero el daño que le causan a los vecinos crece tan aceleradamente como el óxido que los carcome.Por citar algunos ejemplos, la señora Bernardi se refiere a la casa de la Calle 4 No. 3-65, donde antes funcionaba un restaurante, como un “motel para los vigilantes”.Ochenta metros más adelante, en la esquina de la Calle 4 con Carrera Tercera, fue abandonada y despojada de su techo una casa estilo colonial. La propiedad completa tres años sin doliente y ya la ramas empiezan a escaparse por lo que queda de sus ventanas.“Nos sentimos impotentes ante esta situación, por la falta de atención del Gobierno Municipal”, manifiesta Ana Lucy Bedolla, vecina de uno de los inmuebles desocupados.Personas reconocidas e importantes entidades habitaron algunas de estas casas. Tal es el caso del ex alcalde Ramiro Tafur, quien vivió en la Carrera 3 No. 2A-02, ubicada una cuadra antes de una edificación cuyas ventanas y puertas fueron tapiadas con ladrillo y donde el Tránsito tuvo sede hace 40 años, funcionó la escuela de enfermería del Sena y hasta Mauricio Puerta abrió su universidad de astrología.En otras funcionaron prósperas empresas, como en el edificio esquinero de la Carrera 3 No. 2-42, que se debate entre la yerba espesa y el hedor a berrinche, donde tuvo sede Mineros del Pacífico. Su dueño fue asesinado hace cinco años aproximadamente y desde entonces está vacía.Luis Mario Soto, actual presidente de la Junta de Acción Comunal del barrio, afirmó que, pese a los esfuerzos que se han hecho para ponerle fin a este mal, las administraciones locales se siguen sustentando en que no pueden actuar por ser propiedad privada.Los vecinos de El Peñón se niegan a aceptar la idea de que su barrio se convierta en un cementerio de casas, pero tal parece que el abandono y el olvido quieren fijar allí su residencia.Patrimonio que se extingue Al preguntar por las casas abandonadas en El Peñón, todos los relatos se dirigen inicialmente hacia la imponente estructura blanca que se extiende por toda una manzana, cuya entrada principal se encuentra en la Carrera 4 No. 1-33. Se dice que en el terreno donde está ubicada esta enorme mansión vivió la familia del escritor Jorge Isaacs y que bajo la sombra de uno de sus árboles ése le dio el toque final a La María. También se cuenta que los Ochoa, una familia muy prestante de hace tres décadas, adquirieron el terreno y construyeron una réplica de la Hacienda El Paraíso, con una piedra gigante en la entrada y bastos campos tapizados de rosas. El fin de ‘La casa de La María’, como es conocida esta propiedad, fue cuando la compró el narcotraficante Helmer Herrera, quien pretendía demolerla para construir dos edificios. Sus planes se vieron truncados porque está era considerada como patrimonio histórico y arquitectónico de la ciudad. Desde entonces han pasado 20 años de sol, agua, óxido, orines y escombros, al mismo tiempo que se han hecho intentos por recuperar este gigantesco inmueble.Actualmente, se estudia la posibilidad de remodelar ‘La Casa de La María’ y construir un centro comercial en su interior, pero los vecinos del sector se oponen y piden la adecuación de un museo dedicado a la vida y obra de Jorge Isaacs.

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