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¿Debería abolirse el celibato entre los sacerdotes católicos? Se abre el debate

Sacerdotes caleños de distintas corrientes ven con buenos ojos que el Papa Francisco haya abierto la puerta para la reflexión de uno de los temas más álgidos para la Iglesia Católica en toda su historia.

1 de junio de 2014 Por: Redacción El País y Resumen de agencias

Sacerdotes caleños de distintas corrientes ven con buenos ojos que el Papa Francisco haya abierto la puerta para la reflexión de uno de los temas más álgidos para la Iglesia Católica en toda su historia.

El papa Francisco se ha puesto otra vez el traje del papa Francisco, al referirse de manera abierta sobre uno de los temas más complicados para la iglesia católica en toda su historia: el celibato. Esta semana, cuando viajaba de Tel Aviv a Roma, un grupo de periodistas que compartían vuelo con el Sumo Pontífice lo interrogaron al respecto y el Papa abrió la puerta para la discusión: “La Iglesia Católica tiene curas que están casados: los greco católicos, los coptos y otros por ritos orientales. Parece que el celibato no es un dogma. Es una regla de vida que aprecio mucho, pero no es un don para la Iglesia. Como no es un dogma, la puerta está abierta”. Y aunque a renglón seguido aclaró que “ahora no está a la orden del día”, es decir, que no está en curso su abolición como disciplina sacerdotal, la discusión quedó planteada en el aire.Y los sacerdotes occidentales aprueban esa discusión. Monseñor Darío de Jesús Monsalve, el obispo de Cali, ha considerado las declaraciones del Papa como un acto de sensatez que debe ser entendido en el marco de la reflexión que está haciendo la Iglesia de cara al Sínodo convocado por Sumo Pontífice para octubre de este año. El sínodo es una asamblea extraordinaria de obispos que se realiza para darle estudio a un tema en específico, en este caso la familia. “El contexto del Sínodo que se está haciendo lo motivó a expresar un sentimiento realmente importante porque la Iglesia tiene que reflexionar a fondo este tema y replantear la manera como se vive ese valor y cómo se lleva esa disciplina. Es inevitable en la Iglesia actual porque la crisis que se está viviendo con el proyecto de amor humano y la vía sacerdotal, sobre todo expresada en desórdenes afectivos y crímenes como la pederastia, han puesto en primer plano este tema sobre lo que está pasando con el enfoque que se le ha dado a la sexualidad y la afectividad y la madurez de la persona en el amor”, dice Monseñor.Las declaraciones del Papa se dan apenas días después de que al Vaticano llegara una carta firmada por 26 mujeres que afirman tener una relación afectiva con sacerdotes en ejercicio: “Somos un grupo de mujeres de todas las partes de Italia. Cada una de nosotras tiene o ha tenido una relación de amor con un sacerdote. Se sabe muy poco del devastador sufrimiento al que está sometida una mujer que vive junto a un sacerdote la fuerte experiencia del enamoramiento. Queremos, con humildad, depositar a sus pies nuestro sufrimiento con el fin de que algo pueda cambiar, no solo para nosotras, sino para el bien de toda la Iglesia”, relata en algún aparte el texto, reproducido por el diario La Stampa.Esta semana el periódico El País de España publicó una nota según la cual la tradición del celibato habría sido la razón por la cual cien mil curas dejaron la Iglesia católica desde los años 70 hasta hoy. Aunque el cálculo, sin embargo, podría ser impreciso, el canonista Vincenzo Mosca, en un artículo subido al portal Vatican Insider no desconoce la existencia del éxodo: “(...) los sacerdotes que abandonarían su estado cada año serían más de mil en todo el mundo. Por cada ocho nuevos sacerdotes, por lo menos uno abandona su ministerio”.De alguna manera, el cura ortodoxo Edilson Huérfano hace parte de esas estadísticas. Huérfano cuenta que desde que era un niño en Cunday (Tolima) sintió el llamado y empezó e entender la vocación religiosa como su proyecto de vida. Huérfano fue monaguillo y en sus sueños siempre se proyectó sirviendo a la gente a través de la Iglesia; por esa razón entró al Seminario de Bogotá en el año 2000, convencido de su fe y de su amor por Dios. Pero estando en primer semestre también conoció el amor terrenal y se enamoró de una chica que hoy es su esposa y la mamá de su hijo. Huérfano cuenta entonces de la dicotomía que en su momento le representó ese amor. Y entonces cuenta de las preguntas que en su momento se hizo: ¿Por qué si Dios es amor y nos hizo como sus semejantes, no es posible amar a una mujer? ¿No es eso una contradicción? En la búsqueda de respuestas, Huérfano escribió una carta a la curia anunciado su retiro definitivo: “Empecé a hablar con otros sacerdotes que me alentaron a no dejar de lado la vocación y fue de esa manera como llegué a la Iglesia Ortodoxa, que contempla el celibato como opcional”. Huérfano tiene 39 años y desde hace más de cinco su trabajo social con las pandillas en Cali, es evangelio conocido en barrios como Petecuy.Por eso Huérfano celebra el planteamiento. Según él, a pesar de que falta mucho para una decisión formal sobre el tema, las declaraciones de Bergoglio han abierto una luz que será muy importante en muchos sentidos. Uno de ellos, sin duda, es la comprensión de un asunto que no puede seguir siendo desatendido ni ‘satanizado’. Hace mucho, por ejemplo, las mujeres que se enamoraban y sostenían relaciones con sacerdotes eran llamadas ‘las rivales de Dios’. Se sabe que en el tiempo antiguo (y no tan antiguo) algunas de ellas llegaron a ser apedreadas y en el mejor de los casos, condenadas a un estigma social que convirtió sus vidas en pequeños infiernos. En la carta enviada al Vaticano, las 26 mujeres describen así su situación: “Cuando, destrozados por tanto dolor, nos decidimos a un alejamiento definitivo, las consecuencias no son menos devastadoras y a menudo queda una cicatriz de por vida tanto en ellos como en nosotras. Las únicas alternativas son el abandono del sacerdocio o la condena perpetua a una relación secreta. En el primero de los casos, la grave situación con la que la pareja tiene que chocar se vive con gran sufrimiento por parte de los dos: porque también nosotras deseamos que la vocación sacerdotal de nuestros compañeros pueda ser vivida plenamente, que puedan seguir sirviendo a la comunidad. La segunda opción, el mantenimiento de una relación secreta, conlleva una vida escondiéndose continuamente, con la frustración de un amor incompleto”.El sacerdote José Eleano Arias Córdoba, que tiene 47 años y dos hijos amorosos, conoce bien el sentimiento de esas mujeres. Inicialmente el padre tuvo formación claretiana y se ordenó en 1994, pero en 1998 se enamoró. Cuando conoció a la mujer que hoy es su esposa, ella trabajaba en la parroquia claretiana de Cali y durante dos años mantuvieron el romance oculto, hasta que José pasó a hacer parte de la Iglesia Anglicana, que permite que el celibato sea opcional.“Siempre había pensado que debe ser así, en la Biblia nada lo impone. El mismo San Pablo dijo: quien no tenga vocación para ser célibe que se case, eso no puede ser impedimento para ejercer un ministerio. El hecho de que el tema se ponga sobre la mesa, es señal de que estamos ad portas del cambio”.El padre José González, vicario para la reconciliación de la Arquidiócesis de Cali, no cree sin embargo que sobre el celibato la Iglesia Católica vaya a tomar una decisión en poco tiempo: “El Papa es muy juicioso, viene de la disciplina jesuíta que todo lo consulta. Puede que después tome una decisión solemne y autónoma, pero me imagino que antes lo consultaría”.En distintos sectores, una de las interpretaciones dadas a las declaraciones del Papa, ha sido asociada a la postura que Bergoglio adoptó desde un principio con respecto a la pederastia: el año pasado calificó los delitos pederastas cometidos por religiosos son como “una misa negra”. Así que hay quienes creen que el debate del celibato se abre pensando en ponerle freno a esa mancha que cae sobre la Iglesia.El padre José González es enfático: “Si alguien tiene este problema es una enfermedad. El mundo entero cree que la pederastia es por no dejarnos casar. Si una persona tiene un problema de estos el matrimonio no lo curaría. Lo que ha dicho el Papa es correcto: el celibato no es un dogma. Los dogmas se cuidan, se conservan, se protegen. Las disciplinas se cumplen mientras no vaya a ser un desorden. Y esto se ha cumplido. Esa es una disciplina que hemos abrazado libremente. La interpretación que doy es esa, que no es un dogma y algún día podría cambiar. Pero yo lo quiero mucho (el celibato)”.

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