Dagma prohíbe celebración del Día de las Velitas en el Lago de la Babilla

Este jueves el Departamento Administrativo de Gestión del Medio Ambiente, Dagma, recordó a las caleños que está prohibido dentro de las actividades decembrinas, todo acto o actividad realizada con velas o pólvora en el Humedal de la Babilla, al sur de Cali.

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Esta medida surgió hace un año tras la reglamentación de la resolución 921 de 2016, “por medio del cual se reglamenta el uso de algunas áreas de especial importancia ecosistémica del municipio de Santiago de Cali”.

La resolución indica que la autoridad ambiental debe regular los usos permitidos en este lugar, los cuales son "la recuperación ecológica y la conservación de la biodiversidad, la recreación pasiva y la educación ambiental, que dentro de los usos prohibidos están el uso de velas, pólvora y el consumo de licor".

El Dagma aseguró que encender velas en ese espacio impacta de manera negativa el recinto natural.

Ana María Valencia del grupo de Conservación de Ecosistemas de la autoridad ambiental expresó que “se encontró que algunas personas prendían las velas en las raíces superficiales de los árboles, se quemaron algunas zonas verdes, la cera de las velas era consumida por las especies de animales que allí conviven, entre otras causas que rechazamos por el bien del ecosistema”.

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Este año, la autoridad ambiental manifestó que se ha enfatizado en la importancia de cuidar las áreas protegidas de la ciudad como lagos, humedales, ecoparques y predios de conservación que están bajo su cuidado, protección y conservación, para las actividades que la comunidad desee realizar.

Por su parte, Raúl Suárez Franco, presidente de la JAC de Ciudad Jardín aseguró que la medida es "buena para todos".

"El lago de la Babilla no es un parque cualquiera, es un importante humedal con vida activa que exige protección de cargas humanas multitudinarias y que para esta fecha ocasionaban toda clase de atropellos por la ausencia de controles para su uso racional y adecuado", dijo.

El presidente de la JAC agregó que "como el humedal no tiene protección de acceso a los visitantes lo convirtieron en un sitio que termina pisoteado , maltratado, con los animales atropellados y condenados a sufrir por los restos de plásticos, bombas, chiclets, latas y desperdicios de comidas".

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