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Conozca la pareja de suizos que recorre Suramérica en un camión, ahora están en Cali

Leo y Elisabeth Knecht son un matrimonio suizo que emprendieron su viaje desde junio de 2013. “En el camino seguimos en casa”, esta es su consigna.

23 de septiembre de 2015 Por: Redacción de El País

Leo y Elisabeth Knecht son un matrimonio suizo que emprendieron su viaje desde junio de 2013. “En el camino seguimos en casa”, esta es su consigna.

“En el camino seguimos  en casa”. Esa es la consigna de Leo y Elisabeth Knecht, un matrimonio suizo que desde junio de 2013  recorre Suramérica en su camión rodante. 

De cuerpos atléticos, altos y una actitud de amor por la vida y la aventura, cuentan  que todo empezó cuando sus tres hijos crecieron y cada uno hizo  su vida. Sentían que ya habían hecho la tarea  completa pues  Leo disfrutaba del buen retiro como técnico mecánico;  y Elisabeth, ya  había hecho lo propio cuidando de la casa 15 años y ofreciendo atención social en hogares de  adultos mayores. 

Se animaron a invertir en una casa rodante, pues así era más fácil seguir en casa pero recorriendo el mundo. 

Llevan juntos 43 años, tiempo durante el cual, según Leo, han vivido  “en paz y guerra como todas las parejas”. Son  abuelos de  Nadja, Liam y Lou, y sus fotos, protegidas por un plástico transparente,  están pegadas en los gabinetes superiores  de la  cocina rodante. Con ellos se comunican vía FaceTime cuando tienen una buena conexión a internet.  

En junio de 2013 iniciaron su travesía a bordo del  camión rodante: un Mercedes Benz 1017 de  1986 que en su interior tiene una cama doble, un comedor, una cocina, un baño que se adapta a la  necesidad, adicional a la cabina en la que va el conductor y su acompañante.

“Mi sueño era recorrer África, pero al mirar con detalle, el presupuesto era más alto y la situación política no era la mejor. Así que miramos qué otros lugares se podían recorrer y llegamos a Suramérica”, cuenta Elisabeth.

Reglas de los viajeros

Tener la mente abierta:  estar listos para entender las diferentes culturas y costumbres de cada lugar. Preferir sitios de camping para pasar la noche. Rodar por las carreteras hasta las 4:00 p.m. A esa hora  debe estar definido dónde  van a pasar la noche. Dejar cada lugar más limpio de lo que estaba. Además de reciclar y dejar la basura en los lugares dispuestos para tal fin, han diseñado contenedores en los que  almacenan el agua que usan en casa.No usar desechables. Consideran que generan mucho desperdicio. Retiran del banco lo necesario para comprar comida y cubrir gastos de viaje. Se sostienen con la pensión de Leo y la renta de su casa en Suiza.

Así partieron de Döttingen, Suiza, pasaron por Polonia y llegaron al puerto de  Hamburgo, en Alemania en donde tomaron un ferry que los desembarcó en Montevideo.  E iniciaron un recorrido por las carreteras andinas empezando en Ushuaia, pasando por Chile, Argentina,  Bolivia, Paraguay, Bolivia,  Perú y Ecuador hasta llegar a Colombia.

En el país, la ruta les llegó hasta Riohacha porque el cierre de frontera les impidió seguir hasta Venezuela. En su paso por Medellín se percataron de un problema con una de las llantas del camión y como no estaban dispuestos a esperar 10 días en Antioquia solo por una llanta, solicitaron que el servicio se les prestara en Cali. Así llegaron a las instalaciones de Andina Motors en la Carrera 8 con Calle 34  en donde pasaron dos noches, con su camión parqueado en el concesionario. 

De Colombia admiran sus paisajes verdes, sus carreteras y la hospitalidad de los caleños. Y aunque el sábado partieron de Cali rumbo a Popayán para seguir la ruta que los lleve hasta el Brasil,  no se han podido poner de acuerdo en cuándo terminará esta aventura. 

“Quisiera seguir viajando  unos cuatro años más”, dice Leo. Pero Elisabeth quiere volver a casa el próximo año: “Creo que es justo regresar para ver crecer a nuestros nietos”.

Para ellos la regla de oro al viajar por el mundo es: manejar un idioma universal como el inglés, que siempre será la tabla de salvación. Y aprender español para moverse mejor.

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