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Conductores borrachos frenaron con entrada de nueva ley, pero no en seco

Un año después de expedida la ley que endureció las penas, son menos quienes osan manejar ebrios, pero algunos se siguen atreviendo.

28 de diciembre de 2014 Por: Luiyith Melo García | Reportero de El País

Un año después de expedida la ley que endureció las penas, son menos quienes osan manejar ebrios, pero algunos se siguen atreviendo.

La gente cree que eso es juego y que no le va a pasar a ellos, sino a los otros, que cuando consumen licor pueden manejar. Los pasajeros cometen el error de subirse con borrachos, dicen que apenas se han tomado dos o tres tragos y no lo ven tan mal y es allí donde vienen las multas, los accidentes y el dolor para toda la vida”.De esta manera grafica James Gómez, exdirector regional del Fondo de Prevención Vial, el problema de los conductores que siguen manejando alicorados y cuya irresponsabiliad genera verdaderos dramas familiares.Es lo que le ocurrió a Víctor Ramírez, un joven de 25 años que conducía alicorado y no alcanzó a ser multado por alcoholemia porque estuvo 21 días en estado de coma en la clínica del Rosario.Luego de una noche de rumba en Juanchito, este joven salió con su pareja en la moto XT-660 “iba soplado”, como él mismo lo reconoce, y sobre la Avenida Pasoancho embistió a un furgón. La moto y él se metieron por la puerta del pasajero del camión. La parrillera sufrió solo raspones, pero él quedó en coma. “Yo siempre bebía y salía en la moto, nunca imaginé que me iba estrellar y decía que si algún día me estrellaba me mataba y ya, no pasaba nada. Pero Dios lo castiga a uno, mire como quedé”. Víctor quedó con serias limitaciones físicas de por vida.Por casos como este es que la ley que completó este mes un año, endureció las sanciones contra los conductores que manejan borrachos, poniendo en peligro su vida y la de otras personas en las vías.El 19 de diciembre de 2013 se promulgó la Ley 1696 que endurece las sanciones para los conductores que manejen en estado de embriaguez.Las penas varían según el grado de alicoramiento y de acuerdo con el número de veces en las que el conductor sea sorprendido manejando después de haber ingerido alcohol.Tras su promulgación, la Secretaría de Tránsito impuso tan solo el 26 de diciembre de 2013, día de la cabalgata, cuatro multas por $14 millones, cada una a conductores que se negaron a hacerse la prueba de alcoholemia. También se les suspendió la licencia, pero los afectados apelaron.Entre el 19 de diciembre de 2013 y el 14 de diciembre de 2014 figuran 888 multas por alcoholemia en los registros del Centro de Diagnóstico Automotor del Valle.En las estadísticas de la Secretaría de Tránsito de Cali figuran 769 multas del 1 de enero al 30 de noviembre de 2014, de las cuales 328 correspondían al grado 3 de alcoholemia que significa la más dura sanción legal por primera vez: 720 salarios mínimos diarios legales vigentes, que equivalen a $14.783.760 a precios de 2014.El director de agentes de Tránsito de Cali, Adalbert Clavijo, indicó que este 24 de diciembre de 2014, los agentes de tránsito no impusieron ni una multa por alcoholemia en Cali. Sin embargo, entre el 25 y 26 de diciembre sí hubo ocho conductores sorprendidos en estado de embriaguez en los controles viales y seis más se hallaron alicorados en accidentes de tránsito. Por ahora, reportó el Tránsito, no se ha registrado aquí la más dura sanción a un conductor borracho. Es decir, un reincidente por tercera vez, con grado tres de alcohol, que da para cancelarle la licencia definitivamente, pagar la multa señalada de 1440 salarios mínimos diarios, hacer 90 horas de trabajo comunitario y la inmovilización del vehículo durante 20 días.Lo cierto es que las duras sanciones que trae la nueva ley de alcoholemia, redujeron las estadísticas de borrachos sancionados al volante en 2014 en más del 40 %. Ómar Cantillo, secretario de Tránsito de Cali, dijo que durante los primeros once meses del año que termina hubo 52 conductores caleños sancionados en grado cero de alcohomia, es decir, por tomarse una cerveza o un trago de vino y salir a manejar, algo que anteriormente no era sancionable.Hubo, de igual manera, 193 sancionados con grado uno de alcoholemia y 196 con grado dos de alicoramiento. Sin embargo, la mayoría de los sancionados aún no ha cumplido con el pago de las multas respectivas. Actualmente hay 675 conductores morosos por esta causa. Y, peor aún, apenas uno de los sancionados ha cumplido con el pago de la multa. En un país de abogados y demandas como el nuestro, muchos controvierten el comparendo. De hecho, 78 multados apelaron la sanción impuesta por el Tránsito y 10 fueron finalmente exonerados. Los demás están en audiencia, proceso y fallo por las autoridades de Tránsito.La razón por la que al parecer ya muchos caleños están pensando dos veces en tomar licor y manejar es, según Ciro Jaramillo, experto en movilidad de la Universidad del Valle, que la medida está generando una especie de paranoia por cuenta de los altos costos de las nuevas multas. La gente no quiere exponerse a pagar millonarias sanciones que lo pueden endeudar considerablemente.Para María Isabel Gutiérrez, directora del Centro de Investigaciones sobre Violencia de la Universidad del Valle, Cisalva, “aunque esta práctica sana de no conducir embriagado se está generando por el impacto en el bolsillo, lo que no debería ser así, por lo menos está logrando efectividad, evitando muchos dramas y discapacidades en los hogares colombianos”.Alejandro Vásquez, presidente de la Asociación de Establecimientos Públicos Nocturnos de Diversión, Asonod, dice que tras la expedición de la norma, algunas personas se están aconductando, pero estima que este es un proceso, en el cual se ha venido impulsando la cultura de que la gente deje el vehículo en la casa y que tome un taxi, o busque un conductor elegido. “Pero -anotó- la gente trae una cultura muy arraigada de salir a rumbear en el vehículo, que mi novia qué va a decir si le llego en un taxi, esto es un tema cultural muy fuerte que hemos venido tratando de superar y no es fácil. Hay gente que insiste en sacar su vehículo sabiendo que va a consumir licor”.En su criterio, la medida cuyas sanciones considera exageradas, ha generado otro problema y es que los niveles de corrupción se han aumentado de una manera exponencial, empezando por la persona que ha infringido la norma a quien le resulta más fácil pagar un soborno que una multa de millones de esos.“Esto se presta -dice Vásquez- para que guardas y policías estén detrás pescando dinero, y lo digo abiertamente, ellos ya no se transan por cualquier cantidad pequeña”.El secretario de Tránsito, Ómar Cantillo, dice no haber recibido denuncias específicas de este tipo, pese a que hay 14 procesos disciplinarios abiertos en los últimos meses contra agentes de Tránsito, al parecer, por otras razones. “Cuando se piden las pruebas la gente no las entrega porque también resulta implicada”, anota el funcionario. El delito en el que incurre una persona que acepta pagar un soborno se llama cohecho.Para los analistas, la experiencia de este primer año de la llamada ‘Ley Merlano’ que endureció las sanciones contra los conductores borrachos requiere de más campañas de cultura ciudadana para que la gente tome conciencia de que alcohol con gasolina no mezclan. Eso implica recursos y trabajo de todas las partes implicadas. Alejandro Vásquez, presidente de Asonod, dijo que “desde los establecimientos de diversión sí hemos reforzado una alianza grande, sobre todo con Taxis Libres, muchos ya tienen esquemas de conductores elegidos, listos para que la gente tenga el servicio. En los establecimientos estamos más preparados, pero la comunidad necesita que le refuercen la cultura de manejo de rumba y gasolina”.Lo que dice la leyEntre los aspectos más relevantes de llamada ‘Ley Merlano’ está que la multa más baja es de 90 salarios mínimos diarios legales vigentes. Prevé, también, la pérdida de licencia mínimo durante un año.Aumento de penas. Por ejemplo : la condena por atropellar una persona es de 2 años. Si el conductor está en estado de embriaguez aumenta un año adicional la pena.Multas van de $1.847.970 (para grado cero de alcoholemia – 2 cervezas) hasta $29.567.000 para el grado 3.Multas por reincidencia: Si por segunda vez lo descubren manejando ebrio, tiene que pagar el 15 % del valor comercial del vehículo.Suspensión de licencia de conducción: desde un año hasta en forma definitiva. El conductor resarcirá a la sociedad con obras comunitarias.En el caso de homicidio por conducción bajo efectos del alcohol, la pena aumenta de dos terceras partes al doble, y puede llegar hasta 18 años de cárcel.Sanciones por gradoGremios de establecimientos nocturnos de diversión de Cali, Bogotá y Medellín, están empezando a promover la modificación de la Ley de Alcoholemia, a fin de que se le baje un poco la drasticidad para ponerla en la media internacional.A nivel Internacional se manejan los niveles 1 y 2 de alcoholemia, no el nivel cero, que implica que con solo consumir una cerveza ya hay un problema y “eso es absolutamente exagerado”, dice Alejandro Vásquez, presidente de Asonod - Cali.Sostiene que este solo hecho ha servido para disparar la corrupción entre infractores y controladores, porque antes que pagar entre $1.900.000 que vale una multa por grado cero, dependiendo de la reincidencia, las partes se transan por una suma menor para evitar la sanción.En el Congreso están convencidos de que la ley es correcta tal como fue aprobada y que hay que darle un tiempo mayor de aplicación para ver cómo funciona.La reducción general de sanciones por alcoholemia en el orden del 40 % es un indicador positivo, ya que los conductores les temen a las multas elevadas.

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