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Campaña de seis concejales tiene frenado al Cabildo

La actividad del Concejo se ha visto diezmada por la actividad electoral que desarrollan varios cabildantes. La Comisión de Presupuesto tiene cuatro proyectos parados porque no logra quórum.

29 de abril de 2011 Por: Redacción de El País

La actividad del Concejo se ha visto diezmada por la actividad electoral que desarrollan varios cabildantes. La Comisión de Presupuesto tiene cuatro proyectos parados porque no logra quórum.

Si bien en un año electoral como este normalmente se ve diezmada la actividad en las corporaciones públicas, lo que viene ocurriendo en el Concejo de Cali por cuenta del ausentismo está por fuera de todo pronóstico, según analistas.Y es que sin que haya empezado oficialmente la campaña por la Alcaldía de Cali, la aspiración que tienen seis de los 21 concejales está generando tropiezos al funcionamiento de la Corporación.La más afectada es la Comisión de Presupuesto, quizá la más importante de las tres que componen el Concejo, toda vez que cuatro de los siete integrantes andan en campaña por la Alcaldía y otro de sus miembros, José Luis Pérez, está suspendido por la Procuraduría.Producto de esas aspiraciones políticas, pese a que la campaña debería arrancar en julio, hay cuatro proyectos estancados en Comisión. Entre ellos el que daría exoneración tributaria a la Fifa y la Federación Colombiana de Fútbol para la boletería del Mundial Sub 20 y el que autoriza al Municipio para enajenar las acciones en el Banco Popular.Igualmente, una iniciativa que faculta al Alcalde para reglamentar el cobro por la expedición de licencia de funcionamiento a establecimientos de educación para el trabajo y el desarrollo humano y un proyecto que concede condición especial para el pago de tributos municipales.Ante esta situación el presidente del Concejo, Jaime Gasca, invitó a sus colegas a asistir al Cabildo y cumplir con las funciones para las que fueron elegidos. “No le podemos ofrecer una imagen a la ciudad en donde no estamos haciendo el trabajo, pero sí queremos ser alcaldes”.“Yo quiero mucho a mis colegas, pero desde el Presidente hasta el portero debemos mirar el Concejo como una empresa, y como tal tenemos que cumplir a cabalidad con nuestro trabajo. A nosotros nos eligieron hasta el 31 de diciembre del 2011 para tener una responsabilidad con la ciudad y por lo tanto tenemos que asistir a las comisiones, a las plenarias y estar pendientes de los debates y el control político”, aseguró el concejal Gasca.Rosalía Correa, coordinadora del Programa Cali Visible de la Universidad Javeriana, aseguró que el observatorio está en total desacuerdo con la actitud que han asumido la gran mayoría de los concejales que son candidatos.“Tenemos una situación muy complicada en la ciudad de Cali y eso es porque ningún de ellos tiene un reconocimiento general como candidato ni ha hecho carrera para ganar un liderazgo”, aseguró la coordinadora de Cali Visible, que viene haciendo control riguroso al cabildo y el cumplimiento y asistencia de cada uno de los concejales.¿Deben renunciar o no?Aunque la ley no obliga a los concejales a renunciar para dedicarse a sus campañas, porque no lo establece el Régimen de Inhabilidades e Incompatibilidades, juristas y analistas aseguran que cumplirle al Cabildo es una cuestión de ética y respeto con la ciudad y el electorado.Gilberto Gómez, abogado constitucionalista, advirtió que la Procuraduría puede abrir investigaciones disciplinarias por el ausentismo injustificado porque si bien los concejales no son funcionarios, son servidores públicos y están obligados a cumplir con el reglamento del Concejo.“Las sesiones no pueden verse interrumpidas por falta de quórum porque los concejales están dedicados a sus campañas políticas. Ellos deberían renunciar y permitir el ingreso de quienes en derecho les corresponde para no turbar el desarrollo de las sesiones, hecho que a la postre terminan es afectando a toda la comunidad”, indicó Gómez, quien agregó que hacerse elegir y renunciar antes para aspirar a otro cargo es “una forma de engaño con el electorado”. Los concejales respondenSi algo ha desnudado este prematuro e ilegal inicio de campaña, es que ya el furor de las elecciones del 30 de octubre está generando malestar en el Concejo.El concejal Milton Castrillón indicó que los concejales Clementina Vélez y Jaime Gasca están es “tapando la falta de gestión de la Administración, que apenas el Viernes Santo presentó el proyecto de la Fifa e iniciamos el estudio el miércoles, porque así lo dice el reglamento interno.“Me preocupa que quienes hoy hablan no estuvieron en el Concejo durante 60 días porque estuvieron suspendidos. Curiosamente, los que hoy se lamentan fueron los grandes ausentistas en los tres años de este Gobierno en materia de debates de control político”, dijo el Concejal, quien agregó que renunciará cuando lo estime conveniente “y no cuando un concejal me lo pida”.El también concejal Carlos Andrés Clavijo hizo un llamado a que se diga la verdad de lo que ocurre “y no se desinforme a la opinión pública sin certificar los resultados en la Secretaría General. “A mi me pusieron el año pasado en un informe de Cali Visible como el más ausentista cuando de 113 plenarias asistí a 108. No obstante, mi llamado es que se dé a conocer la verdad sobre el ausentismo, que el tema no se acomode a intereses políticos e invito a seguir trabajando por la ciudad”, dijo. El concejal Édison Ruiz, quien renunció esta semana, dijo que “no puedo engañar a mi pueblo haciéndole creer que soy concejal cuando realmente ya no lo soy, como quiera que el tiempo no me da para estar en el Concejo y al mismo tiempo atender mis compromisos de campaña a la alcaldía”.Gasca sugirió a sus colegas programar las visitas políticas después de las 6:00 p.m. “Y si creen que no pueden, los invito con todo el cariño del mundo a que se dediquen a sus campañas políticas, que renuncien a sus curules y que permitan que otras personas sí asistan a las plenarias y los debates”.Varios concejales coinciden en que no tiene justificación, si la Administración apenas presentó proyectos en la última semana, ir a una plenaria y cobrar $400.000 cada uno por sesión, sólo para aprobar algunas actas.

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