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Bullicio, carros y las riñas tienen en 'jaque' al sur de Cali

El bullicio, los carros mal estacionados, las riñas callejeras y las constantes llamadas a la Policía forman parte de cada fin de semana de los residentes en El Limonar, Cañaveralejo y el Gran Limonar.

5 de mayo de 2011 Por: Elpais.com.co

El bullicio, los carros mal estacionados, las riñas callejeras y las constantes llamadas a la Policía forman parte de cada fin de semana de los residentes en El Limonar, Cañaveralejo y el Gran Limonar.

El bullicio, los carros mal estacionados, las riñas callejeras y las constantes llamadas a la Policía forman parte de cada fin de semana de los residentes en El Limonar, Cañaveralejo y el Gran Limonar.La razón son los 37 establecimientos nocturnos que están ubicados sobre la Carrera 66 entre calles 9 y 13, cuyos visitantes despiertan las molestias de sus vecinos.De acuerdo con los afectados, no hay guarda de Tránsito ni Policía ni Dagma que acaben con el desorden que de jueves a domingo se presenta en esa zona del Sur.“Cada ocho días, lo que antes era un sector residencial es el punto de encuentro de los jóvenes que vienen a tomarse sus traguitos como dicen, pero lo que no saben es que su presencia cargada de vulgaridades, bulla y peleas nos incomodan”, manifestó Carolina Salazar, quien lleva 20 años viviendo en El Limonar.Uno de los afectados, que pidió no publicar su nombre, aseguró que “hace poco mataron a varios sujetos en la discoteca Bombayé. ¿Cómo vamos a vivir tranquilos teniendo a escasos metros de nuestras viviendas situaciones como esa?”. A su vez, Fabio Soto, del barrio Cañaveralejo, afirmó que lleva tres años peleando con los clientes de los bares, porque cogieron de parqueadero su garaje.Y es que el problema de invasión del espacio público es otra de las quejas que tienen molestos a los vecinos del sector.“Hace poco el Tránsito dijo que ningún vehículo podía parquearse en forma diagonal sino linealmente, pero como caben menos carros, entonces estos atrevidos los montan encima de nuestros andenes o afuera de nuestros garajes y nos encierran”, indicó Eugenia Lozano, otra residente inconforme.Igual situación viven los vecinos del Centro Comercial La Fontana, quienes sostienen que han sido testigos de las riñas entre “borrachos”.A su turno, Alex Saldarriaga, quien administra desde hace dos años el bar Acuará, indicó que “el Dagma ha hecho sus controles y este año hemos salido bien librados, porque correjimos nuestros errores pasados. Arreglamos con icopor el techo para que no se filtrara el ruido”.Igualmente, Andrés López, empleado de Licores El Rancho, manifestó que “entendemos a la gente que vive por este sector, porque, por ejemplo, hay personas que parquean donde quieren, pero nosotros, ante eso, no podemos hacer mucho. Nuestro aporte es no hacer ruido con la música”. Este año El Grupo de Impactos Comunitarios del Dagma ha realizado varios operativos en el sur de la ciudad. Como resultado de ello, cinco fueron sancionados y tuvieron un cierre preventivo por exceso de ruido. Tres están ubicados sobre la Carrera 66 con calles 9 y 13: Red Nell–Bar Restaurante, Octopus Restaurante Bar y La Barra de Rubén.“Nos cerraron preventivamente en febrero, pero ya solucionamos los puntos malos que encontró el Dagma”, aseguró un empleado de uno de los bares sancionados que pidió no revelar su nombre. Sin embargo, ante estas inconformidades la comunidad pide un control más puntual de la Policía, el Tránsito y las entidades encargadas de dar los permisos de funcionamiento, pues considera que no han tenido en cuenta que se trata de zonas residenciales.

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