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Bienes que se volvieron males

Inseguridad, contaminación, invasiones, inundaciones y escombros son la tortura de quienes viven cerca a predios incautados a narcotraficantes. Algunos quedaron inconclusos, como el de El Lido, (foto).

28 de octubre de 2010 Por: Cali Sur

Inseguridad, contaminación, invasiones, inundaciones y escombros son la tortura de quienes viven cerca a predios incautados a narcotraficantes. Algunos quedaron inconclusos, como el de El Lido, (foto).

“En los años 90, Por la Avenida Peñas Blancas, casi había que pedir permiso para pasar, pues se mantenía llena de guardaespaldas de quienes construyeron mansiones acá”, recordó un vecino de la Comuna 22, quien omitió su nombre.Hoy, estas molestias son cosa del pasado. Sin embargo, quedó una estela que aqueja a los vecinos: inseguridad, intento de invasiones, proliferación de insectos, roedores, inundaciones, escombros, basuras y maleza, únicos habitantes de los bienes de la mafia, algunos convertidos en ruina. Ésto, sumado a la intranquilidad por las constantes excavaciones en terrenos aledaños por gente ávida de enriquecerse con una caleta.Sobre esos ‘molestos vecinos’ una preocupada moradora señaló que “es horrible la pesadilla que vivimos a causa de la casa que mandó a construir José Santacruz; tiene ratones y moscas. Como si fuera poco, le metieron vacas”.La entrada está rodeada por un cerco de alambre de púa, diagonal a la Avenida Peñas Blancas, en el cruce de la Calle Calarcá, exactamente en la Parcelación Cañasgordas. En el piso de la enorme casona, famosa por quererse parecer al Club Colombia, la boñiga se mezcla con pedazos de espuma verde y polvaredas, a las que les llega el agua que gotea en uno de los cuartos. Esto forma una masa similar a la ceniza mojada, en la edificación, cuya imponencia contrasta con su lamentable estado de abandono. Muy cerca, en la misma dirección del cerco, unos muros en piedra y ladrillo son los únicos vestigios de un inmueble, que según habitantes de la comuna, era de Jaime Orjuela.Este lote se inunda cuando llueve y el agua va a parar a la calle, contaron líderes del sector. Explicaron que sus dueños solían desviar los cauces de los afluentes, como la quebrada Gualí, para beneficiarse, causando con ello desbordamientos como los que aquejan a dicho predio.“Yo no creía que al frente de este lote hubiese un túnel, hasta que un día un carro se hundió cuando el invierno rompió la calle y comprobé que había un pasadizo”, contó uno de los líderes.Y es que en esta acogedora zona, donde las calles toman el nombre de callejones y las esquinas son llamadas triángulos, hay alrededor de seis propiedades “con características de haber sido de narcos”, sostienen los vecinos.Para ellos, estos bienes son un lunar en la parcelación, pues no hay quién haga mantenimiento a las zonas verdes o pode los árboles, lo cual da un mal aspecto. “En lo demás, es muy bonita y tranquila”. El terror de los vecinosNadie en Prados del Limonar sabe a ciencia cierta quién es su dueño, algunos aseguran que fue de ‘Pacho’ Herrera, lo cierto es que el lote de la Carrera 73 con Calle 14, en la Comuna 17, se volvió famoso por los “continuos atracos e intento de violaciones a las residentes, señalaron dirigentes comunitarios.Ellos agregaron que la zona verde limita con el barrio y debido a la inseguridad han pedido en reiteradas oportunidades la presencia de la Policía. “Hay quienes dicen que está en extinción de dominio. Nos preocupa que allí entra y sale gente que uno no conoce”, recalcan los líderes.Mientras la comunidad espera que al menos el predio sea cercado, los vecinos de El Lido viven otra pesadilla por el ruido y el cambio que de la noche a la mañana ha experimentado el sector.Esta vez se trata de un edificio amarillento a medio construir en la Calle 1 A con Carrera 53. “Hace cinco años estamos aquejados por esa construcción que fue de ‘Chupeta’”, afirmaron personas de las unidades residenciales aledañas.Inicialmente, dijeron, el terreno se llenaba de escombros que traían los carretilleros y lo que pretendió ser parqueadero se llenaba de agua cuando llovía. Pero de un momento a otro pusieron un taller de mecánica, lámina y pintura y hasta parqueaderos, los cuales le cambiaron la dinámica al sector de manera brusca. Con ello nos quitaron la tranquilidad, manifestaron, al tiempo que señalaron que es tal el descuido de ese edificio que unos apartamentos que están para la venta se han demorado como un año en negociar.Solución a la vistaLa presencia de un grupo de carabineros de la Policía garantiza que los cuatro lotes de la Carrera 66 con Calle 1 no serán más objeto de invasiones y desalojos, como ocurrió hasta hace poco, de acuerdo con dirigentes comunales de El Refugio. Además, porque “la Dirección Nacional de Estupefacientes, DNE, tiene intenciones de cederle una parte a la Policía para que construya una sede”, afirmó el mayor de la Policía Germán Pérez.José Santacruz habría sido su antiguo dueño, manifestaron las autoridades.Cali Sur indagó a la DNE en Bogotá sobre el proceso de los bienes aquí mencionados, a lo cual una fuente informó que ahora son administrados por la Sociedad de Activos Especiales, SAE.A su vez, Edgar Pinto, gerente de la SAE, dijo no tenerlos todavía en su inventario, pues “aún estamos recibiendo el portafolio”.Sobre los líos que ocasionan estos bienes que se volvieron males, Alejandro Varela y Carlos Rojas, secretario de Salud de Cali y director del Dagma, respectivamente, respondieron que su cuidado le corresponde a los dueños, y en su defecto, a quien los administre.Así, el fantasma de una época de opulencia tardará en marcharse, en tanto que los moradores tendrán a la vista un legado que les tocó heredar muy a su pesar. Cambio en la administración de bienesEn el 2009, la Dirección Nacional de Estupefacientes, DNE, suscribió un convenio con la Sociedad de Activos Especiales, SAE, adscrita al Ministerio de Hacienda y Crédito Público para que ésta venda, alquile y administre los bienes incautados al narcotráfico y en proceso de extinción de dominio. Edgar Pinto, gerente de la SAE, informó que “la idea del Gobierno era que a diciembre tuviéramos la totalidad de predios, pero a septiembre hemos recibido 3.543 inmuebles en el Valle, mientras que en Cali, la cifra llega a los 2.500. “Todavía nos falta. El segundo paso es visitar los inmuebles y verificar el estado de cada uno, hay algunos en condiciones lamentables de abandono. Esto no es tan sencillo”, afirmó.Pinto señaló que hasta ahora no han tenido inconvenientes para alquilar o vender inmuebles a su cargo y advirtió a los interesados en adquirir o tomar en alquiler una propiedad, que para ello no se necesitan intermediarios. Para más información, puede consultar www.saesas.com.co

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