Así se genera el 'milagro' del empleo en Potrero Grande

Kevin David Mosquera, de 25 años, tuvo que dejar a su mamá cuando tenía 15 años por la violencia que se vivía en el barrio Potrero Grande e irse a vivir a Siloé con su tía.

Y también tuvo que renunciar a la Gastronomía, tres semestres después de haberla iniciado en Comfandi San Nicolás, porque no tenía cómo seguir pagando la carrera.

Para sobrevivir, su rutina diaria empezaba a las 2:00 a.m. y terminaba a las 11:00 p.m. Durante tres años estuvo trabajando con su tía en una galería de Siloé. Su primera tarea del día era ir a Santa Elena por mercado para surtir el puesto de trabajo. A las 11:00 a.m. sacaba un tiempito para irse a estudiar y a las 6:00 p.m. regresaba a la galería hasta las 10:00 p.m. o a veces más si era necesario.

A sus 18 años decidió irse a vivir solo, en un cuarto pequeño que tenía una cama, una grabadora prestada y un par de ollas. Poco a poco fue recolectando vasos, cobijas y tendidos gracias a las donaciones de su familia. No tenía cómo estudiar ni trabajar.

Ya cuando cumplió 22 años decidió cambiar su vida y perseguir de nuevo el sueño al que tuvo que renunciar en algún momento. Volvió a vivir con su mamá y una amiga de ella que trabaja en el Tecnocentro Cultural Somos Pacífico, en Potrero Grande, le abrió una ventana al contarle sobre el programa de empleabilidad ‘Rumbo Joven’.

Allí realizó un curso de inglés y dos de cocina. Luego recibió capacitación en cinco módulos: formación en competencias laborales, convocatoria y selección, habilidades para la vida, cursos complementarios e inserción laboral.

Durante el desarrollo de estos módulos, los estudiantes reciben formación en tecnología, matemáticas, lectoescritura y se les brinda de manera permanente apoyo psicosocial, personal y grupal.
Terminado el curso, Kevin aplicó a dos vacantes y no quedó.

Sin embargo, dicen que la tercera es la vencida y así fue. Logró conseguir su puesto como empacador en el Éxito, pero luego se sintió listo para administrar su propio negocio y es el actual dueño de Megaeventos Producciones, una empresa dedicada a prestar servicio en eventos y recreación. Además, retomó sus estudios en Gastronomía en el Tecnocentro gracias a una alianza con el Sena y Comfandi. Le sale gratis.

El Tecnocentro Cultural Somos Pacífico es una fundación que aleja a los jóvenes de la violencia por medio de la cultura. Ofrece talleres en bilingüismo, artes plásticas y robótica.

La mayoría de los habitantes de esta comuna llegaron ahí porque fueron desplazados con sus familias por la violencia que se vivía en 1960 en departamentos como el Cauca, Chocó, Huila y Nariño.

Esta fundación surge como una alternativa para la construcción de paz, liderada por una alianza pública-privada integrada por la Alcaldía de Cali, la Fundación Alvaralice, la Caja de Compensación Familiar del Valle del Cauca y la Fundación Paz y Bien.

‘Rumbo Joven’ se dirige a jóvenes especialmente del barrio Potrero Grande, entre los 18 y 25 años que están en búsqueda de su primer empleo. Nació en marzo del 2014 y a la fecha ha formado a 445 jóvenes del barrio. Actualmente 75 están cursando el programa y su proceso de formación termina en junio.

El programa es coordinado por la Fundación Alvaralice y el Tecnocentro ‘Somos Pacífico’ en alianza con Comfandi y la Fundación SES de Argentina.

Hace dos años fue reconocido como uno de los dos mejores proyectos ejecutados entre 2014 y 2015. En el 2016 fue catalogado como uno de los 15 programas de empleabilidad más exitosos a nivel nacional.

Allí se aprende sobre logística, bodega, centros de distribución, merchandising, servicio al cliente y documentación. También se recibe formación en vocabulario y presentación personal. Cada uno elige los cursos que quieren realizar y al terminar reciben un certificado.

Otra joven que dice ser beneficiada del programa es Alba Daniela Saa. Conoció el Tecnocentro en agosto del 2016 por recomendación de una amiga e ingresó al Diplomado de Logística y Administración. Lo que más destaca del lugar es la calidad humana, “aquí no importa quién tiene mejor cargo, lo que importa es tratarnos con respeto”, dijo.

Valora el aprendizaje sobre cómo actuar frente a una entrevista de trabajo. Aún no ha podido conseguir una vacante, pero cree que está lista para hacerlo por las habilidades que el curso le dejó.

Seis meses fue el tiempo estipulado para que estos jóvenes aprendieran etiqueta, protocolo y tuvieran herramientas claves para la inclusión laboral.

Luisa Fernanda Torres, de 19 años, ya tuvo su primera experiencia laboral en el Éxito como empacadora y anhela, en este momento, poder entrar a trabajar en algo que involucre los números. Ama las matemáticas.

‘Habilidades Operativas Administrativas’ es el Diplomado en el que ella quedó capacitada con su entrada a ‘Rumbo Joven’.

Luisa siempre trabajó de forma individual, pues pensaba que si algo quedaba mal, era su responsabilidad. Sin embargo, gracias al programa aprendió a trabajar en conjunto para llegar a sus metas.

Luisa, Kevin y Alba siguen en el Tecnocentro cursando otro tipo de actividades para complementar y fortalecer su ejercicio laboral.

Apoyo a la iniciativa
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• Para darle continuidad al programa de empleabilidad ‘Rumbo Joven’ es necesario el apoyo ciudadano. Por eso se ha organizado el club de amigos ‘Somos Pacífico’ donde las personas pueden hacer donaciones voluntarias.
• Para más información pueden llamar al fijo 3331230 o al celular 3176380186.
• Empresas públicas y privadas han apoyado esta iniciativa desde que empezó. La meta para el 2019 es dar empleo a 150 jóvenes al año.