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Artista caleña quiere "humanizar el arte" con talleres de muralismo

Carolina Jaramillo, una caleña que abandonó su vida como administradora de empresas para dedicarse a los cuadros, es directora de la Fundación Iberoamericana al Arte. Vive en La Flora y prepara la I Bienal de Muralismo.

26 de octubre de 2012 Por: Karen Daniela Ferrin / reportera Vivir Norte

Carolina Jaramillo, una caleña que abandonó su vida como administradora de empresas para dedicarse a los cuadros, es directora de la Fundación Iberoamericana al Arte. Vive en La Flora y prepara la I Bienal de Muralismo.

Dicen que en los 70 el arte caleño padeció una enfermedad que recorrió sus venas y en cuestión de pocos años lo llevó a una muerte prolongada, pero no definitiva. Al igual que la propiedad raíz, los artistas que no gozaban de tanta fama decayeron. Luego, el turno fue para las galerías y los creadores de cuadros que podían costar “un dineral”. Gran parte del público especializado también fue quedando en el olvido.Sin embargo, Cali, una ciudad con sangre artística, no se dejó vencer. Sus hijos se niegan a hablar de lo que se vivió en esos años negros manchados con ‘tinta roja y pincelados verdes’, pero ella, la Sucursal del cielo, se levantó de lo que parecía ser su tumba.Como el mito del ave fénix, resurgió de entre los muertos, pero de la mano de uno cuantos soñadores que nacieron para ser, precisamente, artistas.Carolina Jaramillo es una de ellas y ha llevado el nombre de la ciudad a galerías de Argentina, París y Suecia. Desde muy pequeña se interesó en la comprensión del ser, llevando sus preguntas y respuestas a los cuadros. Ahora la mueven otras razones, el amor a Cali, una de las más grandes. La historia de esta mujer se forjó hace diez años, tocando puertas en Colombia, pero estas no le fueron abiertas, así que partió con una de sus obras a una ciudad del país del Norte, a Miami, donde gustó e inició un largo viaje que incluyó exposiciones en Las Vegas, Houston y Nueva York. En cuestión de poco tiempo se encontró pisando tierras de República Dominicana, Barcelona, Madrid, París, Mónaco y Florencia. Ya sus años como administradora de empresas eran cosa del pasado.En ese andar profesional, una idea rondaba en la cabeza de Carolina y se convirtió en deseo: todo lo que aprendería en las galerías, en los museos, el plus que le brindaría cada artista con el que tendría la suerte de encontrarse, debía ayudar para crear una fundación. Resulta que en abril de este año lo consiguió. La Fundación Iberoamericana al Arte, ese lugar en el que se generan espacios de encuentro para lograr empoderamiento y educación de los jóvenes , está enfocado, como lo dice su directora, en el sentido social. “Queremos humanizar el arte, llevarlo a la calle. La idea es recuperar el público que un día tuvimos y que la ciudad necesita”, afirmó Carolina.Ella, que desde hace cuatro años empezó a hacer muralismos en Argentina y Cuba, actualmente organiza la I Bienal de Muralismo y Arte Público, con la que se esperan pintar 75 de estos en la capital vallecaucana. El evento tendrá lugar entre el 8 y el 14 de noviembre y contará con la asistencia de invitados de México, Perú, Paraguay, Estados Unidos, Portugal, Holanda, Francia y Ecuador. “Acá hemos tenido exposiciones de arte público, pero no están tanto en el muralismo, sino en el arte urbano y el grafiti”, explicó.Jaramillo y el equipo de trabajo de la fundación está empeñado no solo en apoyar al artista, también en educar al público para que vea el arte, para que le pierda el miedo. “La gente se acerca a una pintura y lo hace de una forma temerosa pensando en que no podrá leerla. Nosotros, aunque no sepamos nada sobre notas musicales, estamos sensibilizados ante la música, somos consumidores y reaccionamos ante ella”, continuó. Eso, según Jaramillo, es lo que debe pasar con el resto de las artes. “Sensibilizar a la gente y mostrarles cómo interpretarlo es tarea necesaria, porque ellas no son solo para las élites”.Ese trabajo inició desde hace unos años en Bogotá, en el sector de Suba con un semillero de artistas. Más adelante el turno fue para los niños piel de cristal, pasando por una fundación que apoya a los menores víctimas de la violencia.En Cali, la primer experiencia fue con los niños del Tránsito. Fue el 3 del julio, en el Parque de los Estudiantes. “En esa oportunidad hicimos un taller de dos días, donde reflexionamos acerca de lo que los muchachos querían decirle a la comunidad”, explicó.Desarrollaron un boceto en grupo y juntos pintaron varios metros de espacio público. “Fue algo más que una obra, fue construcción de tejido social”.“A la Alcaldía y a la secretaría del Deporte les gustó el trabajo que hicimos y nos invitaron a realizar unos talleres de vacaciones recreativas en diferentes lugares: Parque del Avión, Acuaparque, Antonio Nariño, en Parque de las Orquídeas, en el barrio Barranquilla, entre otros”, dijo.De acuerdo a la artista, la disculpa eran los World Games 2013, pero la temáticas tratadas eran el civismo y la apropiación de la ciudad, el amor por ella.“Estamos sufriendo un cambio, pero vamos por buen camino y en poco tiempo Cali será la ciudad que realmente debe ser. Después de ocupar el tercer lugar, ahora estamos como en el séptimo y debemos recuperarnos, porque somos industria, creatividad y eso lo debemos transmitir”, aseguró. “Hemos trabajado con alrededor de 1700 niños y hemos intervenido 1100 metros de espacio público. Tenemos proyectado que en el 2017, Cali sea un museo al aire libre de Colombia” , puntualizó.

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