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'Anita', la caleña de once años que encantó en la Feria de las Aves

Los asistentes al 'Colombia BirdFair 2016' disfrutaron de una pequeña conferencista que defiende las aves. Esta es su historia.

13 de marzo de 2016 Por: Manuela Rubio Sarria | Especial para el Elpais.com.co

Los asistentes al 'Colombia BirdFair 2016' disfrutaron de una pequeña conferencista que defiende las aves. Esta es su historia.

Tiene un nombre que significa sabiduría y unos ojos intensamente azules que contrastan con el dorado de sus cabellos y su  piel de porcelana. Conoce 200 aves, el sonido de 80 y fue seleccionada como conferencista de la Segunda Feria Internacional de  Aves 'Colombia Bird Fair 2016'. 

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Esta sonaría como una descripción común para cualquier adulto. Pero se trata de una encantadora niña caleña, de tan solo once años, que apenas cursa quinto de primaria en el Colegio Berchmans de Cali.

Su nombre es Ana Sofía Guevara Velasco y ‘Anita’, como le gusta que le digan, fue la gestora del primer grupo de avistamiento de aves que se creó en Cali como fruto del ‘Colombia Bird Fair’.

Lo hizo el año pasado, durante la primera versión de este evento. En una de las emocionantes jornadas de avistamiento que se hicieron, ‘Anita’  conoció a varias personas,  les pidió sus correos electrónicos y les propuso contactarlos y formar un grupo para seguir con el avistamiento de aves.

Muchos no le creyeron y le dieron sus datos más por cortesía. Pero poco tiempo después esta chiquilla los contactó, e insistió para que todos organizaran sus complejas agendas de adultos y acordaran un primer recorrido. Así, con la idea y el impulso de una niña, se constituyó en Cali el grupo de avistamiento 'Oiga mire aves', que en un año ya ha realizado 16 jornadas de campo para disfrutar la inmensa riqueza de la fauna aviar del Valle del Cauca y promover su conservación.

El avistamiento es algo simple y, a la vez, complejo. Consiste en realizar largas caminatas por los hábitats naturales de las aves para observarlas en libertad, apreciarlas, reconocer sus sonidos, imitarlas, fotografiarlas si es posible, y enamorarse de ellas. 

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Y es una actividad que está ganando popularidad entre los vallecaucanos. Cada fin de semana, grupos diversos, familias enteras en las que hay desde abuelos hasta niños muy pequeños, se aventuran por bosques, lagunas y montañas para ver aves. 

Es un ejercicio paciente, que no solo favorece la salud, sino que además enseña cosas tan valiosas como estar en silencio, aprender a escuchar y respetar el espacio de otras criaturas. En suma, un ejercicio consciente de entender los significados más sencillos de palabras complejas como ‘libertad’ y ‘paz’.

El principal problema al que se enfrentó el grupo fue pensar que en el Valle del Cauca,  después de un par de lugares, ya no habría más por visitar. 

Pero se equivocaban. Poco a poco, la llegada de nuevos integrantes a la página de 'Oiga Mire Aves' en Facebook, abrió el abanico de posibilidades.

Por algo Colombia es el país con más especies de aves en el mundo. Solo el Valle del Cauca tiene más de 900 especies, el mismo número que tiene todo Estados Unidos.

[[nid:516446;http://contenidos.elpais.com.co/elpais/sites/default/files/imagecache/270x/2016/03/12764829_925128387585795_350764214797306191_o.jpg;left;{Grupo de avistamiento ‘Oiga Mire Aves’ durante un avistamiento en Anchicayá.Foto: Facebook 'Oiga Mire Aves'}]]

‘Anita’ recuerda que el primer recorrido se realizó en el parque de los Guatines, del barrio Ciudad Jardín, y asistieron solo 15 personas. Ese lugar, aunque no es muy grande, está lleno de árboles y lograron observar 36 aves, entre esas una mirla ollera (Turdus ignobilis), un coquito (también llamado ibis afeitado), una guacharaca y un azulejo golondrina.

Hoy en día, los cupos para cada recorrido se acaban en una semana y asisten más de 60 personas. A diferencia de otros grupos, en este las visitas son gratuitas. La salida favorita de ‘Anita’ se realizó a Anchicayá, con dormida en El Queremal, y caminatas nocturnas para ver aves que solo salen de noche.

Lo que se hereda…

[[nid:516448;http://contenidos.elpais.com.co/elpais/sites/default/files/imagecache/270x/2016/03/ep001098568.jpg;left;{Gavilán garrapatero o pigua, es el ave favorita de Ana Sofía.Foto: Jorge Orozco | El País.}]]

Cuando habla de cualquier ave, en especial su favorita, la pigua, o gavilán garrapatero, ‘Anita’ se expresa como toda una ornitóloga. Como si un mago de las aves la hubiese encantado desde su nacimiento.

Aunque en realidad si pasó así. El mago es su padre, Alfredo Guevara, otro amante de las aves, quien tuvo su primera experiencia directa con ellas a los siete años, cuando vivía en el barrio El Bosque, al norte de Cali, y a escondidas de sus padres liberó de la jaula a una mirla.

Tiempo después vio a la misma ave que había liberado, cazada con cauchera por niños, y desde entonces Alfredo compra a diario muchos bananos para atraer y alimentar a las aves, y así alejarlas de la muerte por la caza indiscriminada. En ese entorno de amor y respeto por los animales creció Ana Sofía.

Se estima que cada año, por culpa de la tala ilegal, los bosques tropicales colombianos pierden unas 48 mil hectáreas de árboles. Un área igual de extensa a la que tiene Bogotá.

A los ocho años de edad, cuando a ‘Anita’ su papá le explicó lo que significa ese desastre ambiental, ella entendió que debía empezar a luchar por ellas. Y lo hace en su día a día. A sus amigos del colegio les habla sobre la importancia de las aves en el ecosistema y sobre la gran cantidad que existen en Colombia.

Siente que su vida está marcada y predestinada por las aves. “Ni mi mamá (Lorena Velasco) ni mi papá, (Alfredo Guevara), tienen los ojos azules, y yo nací con ellos; era un pronóstico del azulejo que mis padres alimentaban todos los días fuera de la casa”

A los 11 años de edad, literalmente ya se ha ‘tragado’ varios tratados sobre pájaros. La Guía de Aves de Colombia, de Steven L. Hilty y William L. Brown; la Guía de Aves de Colombia de Proaves; la Etimología de las Aves, de la Sociedad Antioqueña de Ornitología; el Libro de Aves de la Universidad del Valle, y el libro sobre el Bosque de Niebla de San Antonio, de Lucia Salazar, entre otros,  son algunos de ellos. 

Por eso, además de reconocer inmediatamente a muchas de ellas, es capaz de llamarlas con el canto específico de cada una. Sobre todo a otra de sus favoritas, el azulejo.

El Lago de la Babilla y el Zanjón del Burro, esos espacios verdes que por estos días están en el centro de una polémica en Cali, son otros de sus lugares favoritos. En ellos ha podido observar más de 120 aves, entre ellas el Carpinterito Punteado, la Batara Carcajada, el Cuco Ardilla, entre otros. 

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“Cuando uno las ve siente el llamado de la naturaleza para que la cuidemos y por eso me parece lamentable la idea de afectar el Lago de la Babilla para construir una carretera”.

El pasado 7 de febrero, pancarta en mano, ‘Anita’ salió junto a sus papás a protestar por la proyectada obra.

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En el camino de conocer  las aves Ana Sofía ha desarrollado su otra gran pasión: cantar. Tiene un timbre de voz hermoso, recibe clases personalizadas de técnica vocal y ya ha realizado algunas presentaciones en Cali Teatro.

Pero sus grandes maestras  han sido las mirlas. “Esa es un ave  de color opaco (mimus gilbus), pero  lamentablemente es de las que mucha gente  prefiere para tener en jaula, porque se aprende cualquier melodía”, explica.

Por eso, desde cuando Ana Sofía tenía aproximadamente cuatro años, una de sus actividades favoritas es atraerlas, cantarles pequeñas melodías, después escucharlas e intentar hacerlo juntas.

 “Es que es como si yo hubiera nacido cantando, ya tengo aburridos a mis amigos porque mantengo haciéndolo”, comenta.

‘Anita’ le ayuda a sus padres a organizar los recorridos del grupo y  también participa como una guía defensora, dedicada a los otros niños que son primíparos en las visitas. Por estos días planean salidas al Quindío y sueñan con ir al Amazonas y la Sierra Nevada de Santa Marta. 

Cuando se le pregunta ¿cómo te ves en el futuro?, ella no duda en contestar: “Cantando para las aves”.

Programación domingo 13 de Marzo Lugar:  Club Campestre.Taller de fotografía:  9:00 a.m. - 12:00 p.m. Y 2:00 p.m. A 5:00 p.m.Invitado de cierre:  Juan Pablo Culasso invidente uruguayo que reconoce las aves por su canto.  Autor del libro: Guía de Sonidos. 7:00 p.m.

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