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Adultos mayores de Cali aprenden sobre salud y nutrición a través de internet

A través del proyecto Ser Activo, 260 mujeres y hombres, entre los 55 y 75 años de edad, recibieron capacitación en nuevas tecnologías que les permitirán aprender sobre el autocuidado.

22 de septiembre de 2011 Por: Redacción de El País

A través del proyecto Ser Activo, 260 mujeres y hombres, entre los 55 y 75 años de edad, recibieron capacitación en nuevas tecnologías que les permitirán aprender sobre el autocuidado.

Le advirtieron que se iban a reir de ella y así fue. Y es que descubrir que las misteriosas escapadas de la abuela eran para asistir a clases de internet y que el paquete que cargaba en la cartera eran cuadernos con tareas constituía, por lo menos, un hecho sorprendente.Este miércoles, Carmen Rosa Villegas, de 70 años, se graduó. Ya tiene su propio correo electrónico y pudo investigar en Google sobre las propiedades de la planta ‘primavera’ que le regalaron hace un par de días. Su hija Janeth la acompañó a recibir el diploma y hasta hizo lobby para que fuera entrevistada para este artículo. “Es que estoy muy orgullosa”, argumento suficiente para entender que lo logrado por Carmen Rosa y 259 adultos más era digno de ser contado.Este grupo de personas entre los 55 y 75 años hizo parte de la primera fase del proyecto Ser Activo en Cali, desarrollado por la Nueva EPS y la Fundación Saldarriaga Concha, que buscaba capacitarlos en nuevas tecnologías de la información y al mismo tiempo en temas de nutrición, salud y autocuidado. El asunto, explicó María Teresa Bravo, otra de las alumnas, consistió en mucho más que aprender a manejar el computador, frente al cual confesó ser “virgen”. Se trató de hacer que un mundo casi imposible estuviera en manos de los mayores. Es tan simple como que ahora esta mujer de cabellera plateada puede ver cuando quiera a su hija que vive en Las Vegas y consultar sobre cómo ayudar a su esposo para sobrellevar de la mejor manera la demencia senil. Eso sí, fue un proceso difícil. Porque como lo explica Rosalba Ortriz, cuando uno sólo se ha entendido con el lápiz es demorado aprender que esa flechita que se mueve en la pantalla es el tal cursor. “No sé cuántas clases me demoré en cogerle el tiro y dejar de mover el ratón hasta el puesto de la compañera de al lado”, confesó risueña. Las clases rindieron tantos frutos que Rosalba ya es asidua visitante de la sala de internet de su cuadra, en el barrio Alameda y se matriculó en otro curso, en el colegio María Auxiliadora, donde invertirá su tiempo de domingos por la tarde. Su reto es dejar de llevar a mano las cuentas de su negocio, ‘El pollo criollo’.Sandra Patricia Ramos, una de las profesoras del grupo, fue tal vez la más abrazada en la jornada de este miércoles. Su tarea, además de enseñar aspectos operativos, consistió, según explicó, en hacer que los abuelos dejaran el miedo y entendieran, por ejemplo, que no dañarían los aparatos si se equivocaban.Este grado de aplausos pausados, uno que otro bastón y muchas sonrisas terminó con decenas de fotos a los amigos, con la profe y con los diplomas. Y con la pregunta a la reportera gráfica de El País: "¿Dónde podemos ver todas estas fotos que nos está tomando?" A lo que la respuesta fue: “En www.elpais.com.co”, lo que ahora seguro es pan comido.

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