A Cali también la mueve el reciclaje

La ciudad es la que más recupera para la industria en el país. Ya existen preocupación por las violentas disputas de mercado.

Ana Alejandra Bonilla tiene un proyecto de vida desde que salió de la selva de basura donde vivía en Navarro. La angustia del día a día no le permitía pensar en estudiar o ser algo más. “Yo le doy gracias a Dios por haber salido de allá. Navarro era un asesino de sueños, porque al llegar uno allá, el sólo hecho de pensar en el día a día acababa con el deseo de progresar”, afirma.Ahora labora en una bodega de reciclaje en el norte de Cali, sin sol ni agua a sus espaldas, con sueldo y seguridad social. Y va a regresar al colegio.Ella es una de las pocas recicladoras de Navarro que se mantuvo en el oficio tras el cierre del ‘basuro’. Muchos otros están limpiando riberas de ríos o zonas verdes.Ahora, la mayor parte de las basuras de los caleños va a parar al relleno sanitario de Yotoco, porque no se ha podido consolidar un modelo que permita reciclar a gran escala y no todos los caleños tienen la cultura de separar desechos en la fuente.Para Ana Alejandra el reciclaje ha sido su vida, al igual que para unas tres mil personas que viven de la recuperación de basuras en Cali. Pero la actividad está llena de altibajos.La ruta del reciclaje que se quiso implantar en la ciudad se detuvo. Argemiro Plazas, ex director de ese programa en el Dagma, recuerda que la Administración Municipal estaba en la obligación de hacer dos centros de acopio para manejar el producto del reciclaje, pero no se hicieron. Todo el modelo quedó a mitad de camino.Pese a ello, Cali es la ciudad más recicladora de Colombia y este es el país más reciclador de Latinoamérica. Sin embargo, la ciudad no alcanza a recuperar el 20% de las 1.700 toneladas de basura que produce cada día y está lejos de países como Japón que recuperan el 95% de sus desechos. Millonario negocio La industria del reciclaje en Cali mueve alrededor de $300.000 millones al año, pero con un buen sistema estatal se podría triplicar esa cifra en unos cuatro años.Los estudios disponibles indican que de las 1.700 toneladas de basuras producidas, 340 venían siendo recicladas hasta el 2008, cuando se cerró Navarro. Desde entonces, buena parte de ese material dejó de aprovecharse y se está enterrando en el relleno sanitario de Yotoco.El 10% de toda la basura producida es plástico, pero este se recupera menos que el papel o el cartón. Pese a esto, en la ciudad existen 300 pequeñas empresas, con cinco o seis personas cada una, dedicadas a manejar plástico para venderlo luego a la gran industria. Esas pequeñas empresas están ubicadas en Juanchito, La Dolores, La Nubia y el jarillón del río Cauca. La gran mayoría utiliza el agua del mismo río para sus procesos industriales de peletizado u obtención de materia prima de plástico y la vuelven a verter al río. Eso implica un alto impacto de contaminación al afluente.Como ese proceso requiere un alto uso de energía, también suelen hacer conexiones fraudulentas para ahorrarse ese costo que es el más alto en la industria. Por eso el negocio les resulta rentable.Y lo es tanto que según algunos recuperadores, al centro de la ciudad han llegado algunas personas de dudosa procedencia a apoderarse del negocio y a imponer precios. Una fuente consultada señaló que hace unos meses mataron a un empresario mayorista de chatarra porque se desató una guerra de precios. Al empresario le querían imponer unos valores por debajo de los del mercado, se resistió y terminó asesinado.Por otra parte, denunció que hay grandes empresas emergentes en el país que están llegando a Cali a acaparar mercado, comprándoles producto a los recicladores a precios más altos que los que ofrecen los bodegueros, lo cual ha llevado a la quiebra y el cierre de pequeños negocios. Guerra de preciosPrecisamente, uno de los problemas que afronta aquí la industria del reciclaje es el de los precios. No hay regulación de ninguna autoridad oficial en esta materia y, por tanto, los mismos fluctúan casi que al amaño de los grandes compradores. José Óscar Jiménez, gerente del Grupo Empresarial de Reciclaje, GER, (conformado por trece empresas de reciclaje) explicó que lo que hay en el sector es un monopolio conformado por grandes industrias que concentran la compra de material y ellas terminan fijando los precios.El papel es adquirido por Kimberly, Fibras Nacionales, Papeles Nacionales. El cartón lo compran Sonoco o Cartones América. El vidrio es adquirido por Peldar. La chatarra va a las siderúrgicas Sidelpa y Sidoc. Y los ferrosos tienen una compañía que los exporta principalmente a la China.Los compradores imponen el precio, dice Jiménez. Por esa razón, en los dos últimos meses el cartón ha bajado en un 13% su precio de compra local y la chatarra en menos de un mes cayó un 9% el precio del kilo. Y se prevé que estos dos materiales van a seguir bajando.Las grandes industrias, a su vez, dicen estar aprovechando la situación de la economía mundial donde no hay mucha demanda de materias primas y hay sobreoferta de chatarra y cartón de fibra larga. Por eso están importando grandes cantidades al país dado que el precio internacional es más bajo. Tal vez el mejor ejemplo de reciclaje eficiente en Cali lo tiene GER, que ha logrado integrar la cadena de valor de ese negocio. Desde la recuperación del producto desechado, el acopio que hacen en sus bodegas de la Calle 50 con Carrera 3N, el beneficio o limpieza del plástico o el vidrio, hasta la obtención de nuevo producto terminado (ver infografía).Industrias Plásticas del Pacífico, una de las empresas socias de GER, es líder en el desarrollo de este proceso de reciclaje. Fabio Lozano Hurtado, su director técnico, sostiene que el secreto es la integración de esos pasos que permiten reducir precios y hacer rentable el reciclaje. Frente a Brasil -que es uno de los países líderes en el sector-, el costo de reciclar y producir un nuevo producto pueden ser hasta diez veces menor en Cali.Lozano sostiene que el reciclaje es un problema de energía, ya que obtener una tonelada de plástico a partir del reciclaje sólo requiere el 15% de la energía necesaria para producirlo virgen, a partir de polímeros extraídos del petróleo. Esa es la diferencia en cuanto a impacto ambiental.Por cada tonelada de plástico reciclado se podrían ahorrar 2,5 toneladas de petróleo implicadas en su producción, además de los costos de energía y contaminación, indicó el técnico.Este saber lo tiene claro Ana Alejandra Bonilla que ya anda por el país explicando los beneficios del reciclaje en el que Cali va adelante a nivel nacional, pese a lo lejos que estamos de Japón y el mundo industrializado, en volumen de reciclaje, no en tecnología.